15:00 hrs. Noviembre 7 de 2000
Boletín
UNAM-DGCS-736
NO HAY RIESGO DE UNA GRAN ERUPCIÓN EN EL VOLCÁN POPOCATÉPETL,
ASEGURAN INVESTIGADORES DE LA UNAM
·
La emisión
constante de materiales y gases ayudan a que se mantenga en condiciones
estables
·
El monitoreo y la
permanente investigación del comportamiento del volcán, dan certeza para
garantizar la seguridad de la población
El volcán Popocatépetl, en
su actividad eruptiva más reciente desde 1994, no muestra evidencias de
presentar una “desbocada” o desfogue de gran intensidad, debido a que ha tenido
una permanente y eficaz emisión de materiales y gases en baja intensidad que lo
mantienen en condiciones estables, aseguraron investigadores del Instituto de
Geofísica (IG) de la UNAM.
Hasta el momento,
puntualizaron, su actividad muestra un comportamiento similar al del periodo de
1919-1927, así como a la más reciente de 1997, en la cual se produjeron exhalaciones,
explosiones y lluvias de ceniza y arenilla. El diagnóstico es que de mantenerse
esta situación, las exhalaciones actuales continuarán por tiempo indefinido y
terminarán sin mayores consecuencias para la población que vive en la región
circunvecina.
Jaime Urrutia, director del
IG, y los investigadores Servando de la Cruz, Hugo Delgado y Ana Lillian Martín
del Pozo, especialistas en vulcanología, explicaron en conferencia de prensa la
situación actual del volcán Popocatépetl, con base en información obtenida
mediante la tecnología y metodología que aporta la UNAM para su estudio.
Hugo Delgado aseguró que el
volcán “no tendrá cambios dramáticos ni nos tomará por sorpresa”. Cualquier
alteración, por repentina que sea, podrá detectarse con anticipación. Hasta las
emisiones registradas en días pasados estuvieron previstas, destacó al aclarar,
sin embargo, que no se puede conocer con exactitud cuándo volverán a
presentarse estos eventos.
El vulcanólogo informó que
este año el Popocatépetl ha liberado seis mil toneladas de dióxido de azufre al
día, mientras que en 1997 fueron 10 mil toneladas diarias. Manifestó que la
constante emisión de materiales y gases alejan la posibilidad de que se
presente una gran erupción.
Jaime Urrutia comentó que una de las
actividades prioritarias del Instituto es la investigación de fenómenos
naturales con capacidad destructiva para la población y se trabaja en coordinación con dependencias de los
gobiernos Federal y estatales, especialmente con el Centro Nacional de Prevención
de Desastres (Cenapred) y la Secretaría de Gobernación. Estas dos últimas
instituciones son las únicas encargadas de tomar las decisiones y determinar el
grado de alerta en términos de protección a la población.
El Popocatépetl, uno de los 600 ó 700 volcanes
activos en el mundo, tiene miles de años y a lo largo de su vida ha presentado
muchos periodos eruptivos de distintas magnitudes e intensidades. En el curso
de 20 mil años ha tenido siete extraordinarias erupciones, expresó Servando de
la Cruz.
Pero también, de acuerdo con los registros
históricos y geológicos, el volcán ha
tenido erupciones de baja y moderada intensidad, mismas que ocurren con mayor
frecuencia, como las que se registran desde 1994.
La investigadora Ana Lillian Martín del Pozo
señaló que el Instituto de Geofísica tiene preparado el mapa de peligros, mismo
con el que se rigen las autoridades responsables de ordenar las medidas de protección de la población que vive en las
zonas colindantes al volcán, que son las que podrían encontrarse en mayor
riesgo, en caso de que se registrara una erupción de mayor intensidad.
Finalmente, los investigadores invitaron a la
población a mantenerse informada y a tener confianza en los estudios que
realiza la Universidad Nacional, los que han mostrado y rigurosidad científica,
debido a que se realizan con la más
moderna y completa tecnología en la materia.