Boletin:          UNAM-2000/706      

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Jueves, 26 de Octubre de 2000

 

NO CAUSA TRASTORNOS FISIOLÓGICOS EL CAMBIO DE HORARIO: PABLO MULAS DEL POZO

 

 

Aunque el horario de verano –que concluirá el próximo domingo 29- no causó trastornos fisiológicos en los individuos, debe revisarse la forma en la que se dio a conocer a la población, ya que la mayoría lo considera una imposición o un engaño.

 

No obstante, los sectores turismo, zona fronteriza norte y energía se vieron favorecidos por esta medida. En el último caso, el cambio de horario evitó al país un gasto del orden de los mil millones de dólares en capacidad instalada para la generación de electricidad.

 

Este ahorro, que en 1999 fue equivalente al costo de instalación de una planta generadora de 600 megawatts, es un de los más altos que se han

logrado en el marco del Programa Nacional de Ahorro de Energía Eléctrica.

 

Estas son algunas de las conclusiones a que llegó el grupo multidisciplinario que realizó la primera investigación integral a nivel mundial sobre el impacto del horario de verano en los diversos sectores de la población, que estuvo a cargo del doctor Pablo Mulás del Pozo, director de Programas Universitarios de la UNAM.

 

En conferencia de prensa, el investigador de la Universidad Nacional, explicó que el cuerpo humano se adapta rápidamente a los cambios de horario en tan sólo un día, aunque existen grupos de personas a los que posiblemente les resulte más difícil se ajuste.

 

Por esta razón, Mulás del Pozo dio a conocer que en el estudio desarrollado por encargo de la Secretaría de Energía, sólo dos sectores (familia e individuo) de los 18 que fueron analizados por igual número de comités coordinador por académicos de la UNAM, expresaron su descontento por los efectos negativos que, aseguraron, les causa el cambio de horario.

 

El resto de los sectores (educación, comercio, energía, finanzas, medio ambiente y salud, entre otros) expresaron no haberse visto afectados. Por el contrario, en algunos casos dijeron que la medida es positiva.

 

En conferencia de prensa, el investigador habló sobre las conclusiones a que llegaron los 18 comités de estudio coordinados por la Universidad Nacional y en los que participaron integrantes de otras instituciones de educación superior del país.

 

Dijo que en general los pequeños cambios en las rutinas de las personas causaron un impacto casi insignificante en los procesos que se dan para realizar las labores cotidianas.

 

Sin embargo, agregó prevalece entre la población la percepción de que el horario de verano es una imposición o un engaño, razón por la cual el coordinador general de la investigación recomendó un estudio más profundo en el que participen sociólogos y comunicólogos en torno a la forma en que se dio a conocer la medida gubernamental.

 

En cuanto al ahorro de energía el estudio concluyó que fue positivo, sin embargo, persiste el problema en el sector eléctrico ya que en 1994 y 1995 no se iniciaron nuevas obras de generación de energía eléctrica en el país.

 

Por ello no se ha podido asegurar la satisfacción de la demanda creciente de este recurso, pues la reserva operativa es muy pequeña y podríamos acercarnos a una situación de riesgo, aunque no a nivel nacional, especificó.

 

Fernando Pliego Carrasco, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales y coordinador del comité que estudio el sector individuo, manifestó en la conferencia que para obtener los resultados sobre el impacto social del cambio de horario se realizó una encuesta de 1200 casos con un margen de error de 305 por ciento.

 

Ese estudio, apuntó reveló que la gente se sintió afectada en sus actividades vinculadas al descanso nocturno y acostumbrarse a esos procesos se asocia con un gasto mayor que el beneficio en otros sectores.  Si a eso se añaden, dijo las razones ideológicas y políticas que la gente considera que existieron detrás de la medida, se explica que se hayan pronunciado en contra del horario de verano.

 

Con relación al aspecto energético, Carlos Velez, asesor del Programa Universitario de Energía y coordinador del comité encargado del sector energía, manifestó que el horario de verano no se estableció por una situación de escasez de electricidad, sino para ahorrar este energético.

 

Con el horario de verano, expresó se logra reducir el pico de demanda eléctrica que se presenta por las tardes, que es lo más importante, pero esto

la gente no lo percibe en sus recibos debido a los ajustes mensuales en las tarifas.

 

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