Boletin: UNAM-2000/700 Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Martes, 24 de Octubre de 2000
LA CONSTRUCCIÓN DEL DESARROLLO DE MÉXICO, TAREA DE LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO: CARLOS ABASCAL

· En el Antiguo Colegio de San Ildefonso se realizó el Seminario Agenda Laboral en la Transición Democrática, organizado por el Instituto de

Investigaciones Económicas de la UNAM

· Necesario un cambio en el esquema de las relaciones laborales del país: Juan S. Millán
Para que México pueda vivir una auténtica normalidad democrática se requiere adherir a la democracia electoral, la participativa, la cual debe ser
parte de la cultura de los mexicanos; la construcción del desarrollo sostenible y sustentable de México no es tarea única del nuevo gobierno sino de
la sociedad en general, afirmó Carlos Abascal.


En el marco del Seminario Agenda Laboral en la Transición Democrática, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad
Nacional y la Universidad Nacional Autónoma Metropolitana, el coordinador del equipo de transición en materia laboral del próximo gobierno señaló
que la política laboral de Vicente Fox define con claridad la nueva relación del gobierno federal, a partir del primero de diciembre próximo, con el
sindicalismo mexicano.


En ese contexto, aseguró, el gobierno será respetuoso de la autonomía de los sindicatos y promoverá el sindicalismo libre, es decir, la libertad de
afiliarse y de sindicarse. Asimismo, buscará una relación incluyente con los legítimos representantes de los trabajadores; "al nuevo gobierno no le
compete juzgar cuándo hay un líder 'charro' y cuando no lo hay, lo que es de su competencia es crear el marco cultural y legal necesario para que
los sindicatos produzcan su propia renovación", aclaró.


En el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el ex presidente de la Coparmex, señaló que existen dificultades de todo tipo que impiden que México pueda
avanzar de manera decidida en la construcción del bienestar de sus ciudadanos, particularmente, de los trabajadores.


Por ello, se profundizará en la nueva cultura laboral, la cual, dijo, no es una moda, sino una concepción antropológica, donde el ser humano no es
solamente un ente económico o propiedad de la empresa, sino donde se considera que el trabajo es el método privilegiado de una sociedad para que
las personas pongan sus talentos al servicio de los demás.


Asimismo, aseguró que la obligación del patrón de abrir el espacio a la participación de los trabajadores en las decisiones de la empresa, no es sólo
un asunto de conveniencia, sino de respeto, ya que de involucrarse en los procesos de decisión pueden coadyuvar al mejoramiento de la calidad y
productividad de la misma, así como tener derecho a disfrutar de los frutos de su trabajo.


Con el cambio cultural, añadió, es necesaria la modificación del marco legal; "no basta con un conjunto de acuerdos y pactos de naturaleza
voluntarista, es necesario plasmar en la legislación las condiciones que aceleren dicha transformación cultural".


Al respecto, puntualizó, que una nueva legislación laboral deberá ser promotora del empleo, de la remuneración de los trabajadores, de la
productividad y de la competitividad de las empresas y propiciará una idónea justicia laboral.


Por su parte, Juan S. Millán Lizárraga, gobernador de Sinaloa, señaló la importancia de que se cambie el esquema de las relaciones laborales en
nuestro país. "Una nueva legislación laboral tiene que surgir del consenso; el esquema de confrontación en que se movió el viejo sindicalismo, de
ausencia de los trabajadores en las decisiones, todavía prevaleciente, debe transformarse en una real democratización de las organizaciones
sindicales, pero por parte de los empresarios también debe haber un cambio de actitud".


Puntualizó que practicar la real democratización en las fuentes de trabajo debe involucrar a los trabajadores en los aspectos sustantivos del
funcionamiento de la empresa e interesarlos en la capacitación y en programas de elevación de la productividad con incentivos en el corto, mediano
y largo plazos.


En la nueva realidad que vive nuestro país después de los resultados electorales del 2 de julio y de la toma de posesión de una nueva administración
federal a partir del primero de diciembre, debe existir la voluntad para que las relaciones laborales mejoren. De ser así, "Mucho vamos a avanzar y
tal vez reponer tantas décadas de tiempo perdido", indicó.


Finalmente, Arturo Alcalde, asesor de sindicatos y abogado laboralista, expresó que el tema laboral no se limita a una regulación de orden legal sino
que abarca usos, costumbres, instituciones, estructuras políticas, política económica y social, es decir, es parte de una cultura.
Señaló que más del 92 por ciento de los trabajadores del país no tienen la posibilidad de elegir a sus representantes. Por ello, se ha planteado con
claridad la necesidad del voto secreto para la elección de los representantes sindicales, al menos en una primera etapa, cuando se generan
controversias de representación mayoritaria y de preferencia gremial.


Debe existir decisión del Estado para que esto suceda, porque de no ser así se altera el conjunto del modelo laboral, o sea, la posibilidad de un
sindicato transparente y de un contrato colectivo eficiente, entre otros factores.


Aseguró que "los líderes que tenemos se han dedicado a usar el sindicalismo como un negocio, comerciando con lo más sagrado que debe existir en
una sociedad, es decir, la dignidad y posibilidades de mejora del trabajador, las cuales se ven nulificadas en una sociedad de mercado".


La nueva cultura laboral, concluyó, requiere priorizar el contrato colectivo como espacio privilegiado donde los factores de la producción se
encuentran y resuelven recíprocamente sus necesidades.


También participaron en la sesión matutina del Seminario, Virgilio Mena Becerra, director laboral del Grupo Alfa, y Berta Luján, dirigente sindical
independiente.
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