Boletin: UNAM-2000/673 Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Lunes, 16 de Octubre de 2000
LA CRISIS EN LAS CORPORACIONES POLICIACAS, UN PROBLEMA SOCIAL MÁS QUE ECONÓMICO: NELIA TELLO PEÓN

· La ex directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social realizó un estudio sobre el perfil del policía



· Se requiere capacitar y dignificar la imagen de las corporaciones policiacas
La crisis que viven las corporaciones policiacas no es originada por cuestiones económicas sino por causas sociales, pues en este sexenio se
incrementó como nunca antes –alrededor del 400 por ciento- el presupuesto destinado a la seguridad pública, pero no fue utilizado en el rubro
indicado. Ello demuestra que no hay correspondencia entre los logros y la inversión, aseguró Nelia Elena Tello Peón, catedrática e investigadora de la
Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.


El aumento de recursos es una agravante, afirmó la especialista, porque se pretende solucionar el problema de manera fragmentada, lo que
ocasiona que la sociedad exija a los cuerpos policiacos mejor desempeño. Se piensa que al tener mejores sueldos, capacitación y nuevo equipo el
policía realizará su labor de manera más eficaz, pero se ha demostrado que no es así.


Los policías, indicó la maestra universitaria, expresan el conflicto de esta manera: la sociedad no confía en nosotros y nos rechazan, pero en el
momento en que está en problemas quiere que estemos ahí. Como no conocen la ley, desean que hagamos cosas que no podemos, lo que ocasiona
que la relación se desgaste aún más.


A lo anterior se añade que el uniformado no cuenta con las garantías básicas para el desarrollo de su función. "Muchas veces es más fácil que
encarcelen al policía que al delincuente, pues éste último sabe cómo utilizar las leyes a su favor, además de exigir respeto a sus derechos
humanos”, aseguró Tello Peón.


El elemento policiaco acepta el soborno sin remordimientos pero no reconoce que la decisión es suya, pretexta que está inserto en un sistema de
corrupción y afirma que la sociedad lo estimula.


Elena Tello Peón, ex directora de la ENTS, encabezó en 1995 un estudio de valoración social de aspirantes a policías, realizado a petición del Instituto
de Formación de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, en el que definió la configuración social de los policías, además de contar
con un marco de referencia para evaluaciones posteriores.


A lo largo de tres años analizó a nueve mil aspirantes, de los cuales el 98 por ciento eran hombres y el resto mujeres. El estudio se conformó con
una entrevista al aspirante, a sus familiares, vecinos y amigos.


Los resultados revelaron que la principal razón para ingresar a una corporación policiaca es porque se tiene un nexo, ya sea familiar o de amistad,
dentro de la institución, o bien, porque existe algún negocio que cuidar y la única forma de hacerlo es como policía.


Según el análisis, los aspirantes son personas de carácter dominante, generalmente en sus hogares son aceptados como líderes y presentan un
alto grado de ambición. La valoración socioeconómica determinó que la mayoría tiene un bajo nivel económico.


El estudio también demostró que donde el índice de desempleo es más alto, la gente no considera como primera instancia desempeñarse de policía y,
no en pocas ocasiones, las convocatorias quedan vacías. Además, se comprobó que la mayoría de los uniformados mantienen a más de una
familia.


Como parte de la investigación se realizó una encuesta a 542 personas que viven en los Pedregales de Coyoacán, zona caracterizada por la
inseguridad y la falta de acercamiento de la población con las autoridades. El 57.2 por ciento opina que el principal problema de los policías es que
les falta preparación, seguido del 26.2 por ciento que considera que el problema son sus jefes.


Para los entrevistados la policía ocupa el tercer lugar en corrupción. El primero lo tienen las autoridades y el segundo los políticos.


El 32.3 por ciento percibe que la ley sirve para que los ricos y los políticos se enriquezcan; el 53.7 asegura que el principal obstáculo para que
México sea considerado un país de leyes son las autoridades y, sólo el 5.5 culpa a los uniformados.
Estos datos reafirman la idea de que la sociedad percibe al policía como un instrumento de las autoridades y no como el causante directo de la
corrupción.


Los cuerpos de seguridad se dividen de la siguiente forma: a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) pertenecen la policía preventiva que agrupa a
los elementos vial, motopatrullero, granadero, femenil preventivo, cuerpos de tarea "Zorro" y de la montada, además de las corporaciones
complementarias, la Bancaria e Industrial y la Auxiliar.


Actualmente el número de policías de Seguridad Pública asciende a 92 mil, mientras que los elementos de la PGJDF son alrededor de cinco mil.


La investigadora universitaria hizo hincapié en que debido a la tensión y adrenalina durante su labor, los uniformados tienen necesidad de un
espacio para cursos o talleres en los que hablen sobre sus experiencias de su trabajo.


Es por eso que la UNAM, en colaboración con la Delegación Coyoacán, ha puesto en marcha el proyecto “Comunidad Segura”, en el que se les
ofrecen talleres para la reflexión, análisis y relajamiento de su actividad


Nelia Elena Tello Peón afirmó que es fundamental trabajar en la capacitación y dignificación de la imagen física del policía, para que de esta forma
ellos mismos asuman esta actitud de representantes de la ley.


“Mi argumento es que al problema de las corporaciones policiacas se le ha dedicado tiempo, dinero y esfuerzo, pero poca imaginación y alternativas
reales que involucren a la población. Será vinculando a la sociedad con los policías y creando nuevos espacios de interrelación, como vamos a
poder iniciar la solución de este problema”, finalizó.
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