Boletin: UNAM-2000/670 Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Sábado, 14 de Octubre de 2000
ODIO A LA MADRE, UNA DE LAS CAUSAS PSICOLÓGICAS QUE IMPULSAN A LAS PERSONAS A DECIDIRSE POR EL ABORTO

· Que los padres hayan pasado por la misma situación y que la madre, ya sea del hombre o la mujer, sea persecutoria, también influyen



· En la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, se discutió este controvertido tema
Desde el punto de vista de la psicología, existen tres causas fundamentales que impulsan al hombre o la mujer a decidirse por el aborto: el odio a la
propia madre; que ésta haya sido persecutoria y destructiva; y que uno o ambos padres hayan pasado también por esa situación en algún momento
de su vida, afirmó María Teresa Padilla Velázquez, profesora del Departamento de Psiquiatría del Hospital Infantil Federico Gómez,


En la Escuela Nacional de Trabajo Social, al explicar los puntos anteriores, en la conferencia sobre las Implicaciones psicológicas sobre el aborto,
señaló que si el hombre y/o la mujer que se embaraza tiene sentimientos negativos hacia su madre, en consecuencia, se identifican con la idea de no
querer ser padres y se produce el sentimiento de venganza por la situación sufrida con la progenitora.


Sobre el segundo punto, el miedo a ser destruido por una madre persecutoria y destructiva, destacó que esto significa que tanto hombres como
mujeres han vivido con una progenitora que tiene la idea de que todo debe ser y hacerse como ella piensa; se la pasa vigilándolos, por lo que no los
deja ser libres y desarrollarse individualmente.


Respecto al tercer aspecto, la psicóloga manifestó que cuando los padres recurren al aborto les trasmiten inconscientemente a sus hijos actitudes
destructivas. “Pueden no decírselos directamente, pero éstos se van dando cuenta y las van captando”.


En la conferencia que organizó la ENTS, donde se analizó este controvertido problema social, la psicóloga se refirió a las repercusiones emocionales
de los hombres ante el aborto.


El hombre que finalmente está de acuerdo con esa decisión, precisó, es aquel que se identifica con su sexo, pero se devalúa en su masculinidad;
tiene rasgos femeninos, presenta problemas sexuales y tiende, sobre todo, a la masturbación; muestra inseguridad y sentimientos de culpa, además
es infantil con tendencias a la fantasía.


Asimismo, son hombres que idealizan a la figura masculina; tienden al alcoholismo, y a la depresión, y son padres ausentes; cuando están son
seductores. La ausencia, dijo, “se debe en algunos casos de aborto espontáneo a muerte precoz del padre o a la separación de la pareja en los
primeros años de vida del niño”.


Padilla Velázquez añadió que, de una investigación que hizo respecto a lo qué siente el hombre cuando su pareja aborta, se desprende que lo más
frecuente es la culpa por la pérdida, después responsabilizan a la mujer de lo ocurrido y, en tercer lugar, hay negación de sus sentimientos.


La investigación, que duró un año, tomó como base una muestra de 140 hombre adultos en psicoterapia, quienes sabían que sus compañeras había
abortado; todos con pareja estable que tenían dos o más hijos, el cien por ciento de ellas vivían bajo el mismo techo; el 80 por ciento eran casadas
por las leyes religiosas y civil.



La ex coordinadora de Psicoterapia Familiar y de Pareja de la Facultad de Psicología de la Universidad Intercontinental comentó, además, que en los
casos de aborto sorprende la ausencia legal de la figura masculina, del hombre procreador. “De acuerdo con nuestras leyes, tanto la mujer que
aborta como el abortero serán castigados, pero el padre procreador, ¿dónde queda?”.


En el Código Civil mexicano, añadió, aparece el hombre hasta el momento que nace el niño y asume el rol de padre, siendo que, de acuerdo con las
teorías psicoanalíticas, esta figura es determinante en el desarrollo emocional del niño. Entre otros, es mediador, portador de cultura y es quien
establece los límites.


Indicó también que convertirse en padre es un hecho trascendente en la vida de cualquier ser humano, aunque quizá no todos le den el valor y la
jerarquía que merece. “En la vida del niño, el padre es la autoridad máxima, representa a los ojos de este el conjunto de restricciones que impone la
sociedad civilizada”.
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