Boletin: UNAM-2000/627 Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Miércoles, 04 de Octubre de 2000
MÁS PRESIONES AL SECTOR AGROPECUARIO DEL PAÍS, POR LA GLOBALIZACIÓN Y EL USO DE NUEVAS TECNOLOGÍAS

· El tercer mundo, imposibilitado para asegurar la alimentación de su población

· El declive del sector agrario, los cambios técnicos y en la demanda de alimentos, así como la internacionalización, son las tendencias mundiales

del sistema agroalimentario

· La problemática de este sector se analiza en el XX Seminario Internacional de Economía Agrícola del Tercer Mundo, organizado por el Instituto de

Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM
El fenómeno de la mundialización y el uso de nuevas tecnologías han traído como consecuencia más presiones competitivas en el sector
agropecuario encargado de producir los alimentos, señaló Alicia Girón, directora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) al inaugurar el XX
Seminario Internacional de Economía Agrícola del Tercer Mundo, que organiza esta dependencia universitaria.

En los últimos 20 años, añadió, el mundo ha presenciado rápidas y violentas transformaciones también en los modos de producción y
comercialización de los productos de origen agrícola, pecuario, forestal y pesquero.

“Las prolongadas negociaciones internacionales a mediados de los años 80 y los posteriores acuerdos comerciales bilaterales y mutilaterales entre
países, apuntan al establecimiento de las condiciones para derribar las barreras proteccionistas y facilitan la libre venta de los productos en una
escala planetaria”.

Empero, añadió la funcionaria, los mayores beneficios de la mundialización se han concentrado en las naciones desarrolladas. En cambio, las que
pertenecen al tercer mundo enfrentan la imposibilidad de asegurar la alimentación de sus respectivas poblaciones, ya sea mediante la producción
interna o la generación de divisas suficientes por otros sectores para la compra de alimentos en el mercado mundial.

Por ello, este Seminario Internacional, explicó la investigadora, aborda los temas y complejos problemas de ese sector primario desde una
perspectiva abierta y plural. “Se ha convertido en un espacio indispensable para la discusión de los aspectos sociales y políticos cruciales del
mundo alimentario”.

En su oportunidad, Olga Hansberg, coordinadora de Humanidades de esta casa de estudios, afirmó que la Universidad Nacional difunde el
conocimiento de los problemas sociales de México y América Latina y, sin duda, contribuye, mediante sus múltiples espacios académicos y de
investigación, a brindar alternativas para su solución.

En el acto, efectuado en la Casa Universitaria del Libro, explicó que el estudio de los aspectos trascendentales de la realidad nacional, desde el
ámbito universitario, es una de las actividades que la UNAM lleva a cabo “como parte de su vocación pública y de servicio a la sociedad”.

Recordó que durante los últimos 20 años, ese Seminario se ha constituido, precisamente, como un espacio de reflexión, discusión y debate
interdisciplinario acerca de los grandes problemas y futuros retos del sector agropecuario en los países en vías de desarrollo.

En la conferencia magistral del Seminario, creado hace dos décadas por Ernest Feder para promover la investigación económico-agrícola entre los
países del tercer mundo, Nicolás Reig, fundador de esta actividad académica e integrante del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad de la República de Montevideo, Uruguay, aseguró que en los últimos 25 años se ha contemplado el surgimiento de una
agricultura de tipo mundial.

Señaló que existen cuatro tendencias en el sistema agroalimentario del orbe: el declive y debilidad estructural del sector agrario; el cambio técnico,
que se ha acelerado con el progreso científico y ha propiciado la aplicación de la biotecnología en la agricultura -hay plantas transgénicas
resistentes a herbicidas, por ejemplo-, con lo cual se abre la posibilidad de satisfacer la demanda de alimentos de buena calidad, en especial para los
que tienen más insuficiencias alimentarias, pero que carecen de esa tecnología.

A ellas se suma el cambio en los patrones en la demanda de alimentos, como lo muestra la tendencia –cuando hay solvencia- a dejar de consumir
féculas y cereales por otros de origen animal, demandados especialmente en la zona urbana, que es el 80 por ciento del total mundial. En América
Latina, puntualizó, eso también significa modificaciones en los patrones de producción que implican presión sobre recursos como la tierra y los
cultivos.

El cuarto elemento es la internacionalización de la agricultura. Hasta 1975 estaba confinada a una parte del planeta; Europa y los países
occidentales, incluida América Latina, eran los proveedores de estos bienes, en tanto que el bloque socialista permanecía fuera. La tendencia actual
es de apertura e integración de todas las naciones, y los indicadores del comercio exterior así lo muestran.

Al hablar de la región latinoamericana, de acuerdo con las variables macroeconómicas y de las agriculturas, la dividió en grupos, el primero,
conformado por los “grandes”, México, Argentina y Brasil; el segundo, por los países andinos, Venezuela, Colombia, Perú, Chile; y el último, el
conjunto de países económicamente pequeños.

Todos, empero, tienen desde hace 15 años políticas macroeconómicas similares, caracterizadas por crisis de la deuda externa, agotamiento de los
modelos de industrialización, apertura comercial y financiera de los sistemas bancarios (ingreso con facilidad de flujos de capital internacional),
cambio del rol del Estado que ahora privatiza las empresas estatales, y desregulación interna de actividades.

Ante este panorama el sector agrario se encuentra en el abandono por parte de sus respectivos gobiernos; se han cerrado o reducido los bancos
de crédito rural; se da término a insumos, como fertilizantes; y se recortan programas de asistencia técnica y de investigación. Se trata, concluyó,
de una apertura “frívola”, en la cual se desmantelan instituciones de apoyo al sector agrario, lo cual produce insumos y bienes de capital mucho más
costosos, y crisis en el campo.


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