Boletin: UNAM-2000/608
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Jueves, 28 de Septiembre de 2000
EL PROYECTO ECONOMICO DE
MÉXICO NECESITA UNA AGRICULTURA VIGOROSA PARA SER VIABLE
En México ningún proyecto
económico de desarrollo será viable si no hay una agricultura vigorosa, afirmó
el investigador José Luis Calva, del Instituto de Investigaciones Económicas
(IIEc) de la UNAM, quien también destacó que en el largo plazo la estabilidad
de precios sólo será sostenible mediante una dinámica interna de producción de
alimentos.
En conferencia de prensa, en
la que la directora del ese instituto, Alicia Girón, anunció la realización del
XX Seminario Internacional de Economía Agrícola del Tercer Mundo, del 4 al 6 de
octubre, el economista universitario sentenció que sin una oferta interna
suficiente de alimentos habrá significativas presiones en la inflación y sobre
las cuentas externas.
Explicó que una de las causas
que hundió en el desastre al sector agropecuario es el escaso capital de
trabajo disponible en forma de crédito agrícola. “La banca nacional de
desarrollo disminuyó sus créditos agropecuarios de 19 mil 193 millones de
nuevos pesos en 1981 a tres mil 992.8 millones de pesos en 1999”, indicó.
Por su parte, el también
investigador del IIEc, Ismael Nuñez, aseguró que México no tiene viabilidad de
desarrollo si basa su competitividad en salarios bajos, en el deterioro de la
vida rural y en malbaratar sus recursos naturales.
El sector agropecuario,
indicó, podría contribuir decisivamente al funcionamiento del desarrollo
económico nacional, mediante la provisión de una oferta interna suficiente de
alimentos y materias primas agrícolas, a fin de apoyar el equilibrio permanente
de las cuentas externas.
“No podemos seguir importando
casi nueve mil millones de dólares en alimentos, que será la cifra de este año,
porque eso gravita sobre nuestras cuentas externas, estamos enviando dólares
que no tenemos”, consideró y agregó que no debemos pensar en un crecimiento
sostenido de la economía mexicana si no contamos con un sector agropecuario
fuerte.
Ismael Nuñez aseguró que para
conseguir reanimar al sector agropecuario es necesario que la asimilación y la
innovación tecnológica sean una prioridad nacional en los objetivos y en los
presupuestos de todos los organismos estatales vinculados directa e
indirectamente con el sector.
Se trata, dijo, de que a nivel
local y regional los productores del país eleven su rentabilidad y puedan
colocar al cambio tecnológico y a la innovación en el centro de sus
actividades.
El cambio tecnológico sólo
tiene sentido si la producción crece, por lo tanto, en México es necesario
imponerse como reto satisfacer la demanda alimentaria, subrayó.
En su oportunidad María del
Carmen del Valle Rivera, investigadora del IIEc, aseguró que la política
económica del gobierno para el campo “ha estado realmente ausente”, lo que
contribuyó a la descapitalización del sector.
La coordinadora del seminario
de economía agrícola del tercer mundo, sostuvo que el Tratado de Libre Comercio
(TLC), además de desequilibrar la política de precios, impuso cero control a
las importaciones agravando el problema de los productores de frijol, maíz y
caña de México.
Con la práctica de las
políticas derivadas del TLC, México se convirtió en uno de los tres principales
importadores de granos y oleaginosas de Estados Unidos y afectó a los 2.5
millones de productores de maíz, agregó.
En ese sentido, la
investigadora del IIEc, Eulalia Peña Torres, aseguró que el modelo de
desarrollo económico que tiene México es contradictorio con la idea de una
agricultura sana sustentable.
Sostuvo que no se puede hablar
del desarrollo de una agricultura alternativa, sana y justa, con un modelo que
no comparte esto, pues el actual modelo económico agudiza aún más la tendencia
a concentrar los beneficios de la producción agrícola en grupos cada vez más
reducidos, a la vez que aumenta la concentración de tierras e intensifica el
uso de tecnologías.
Hasta ahora, puntualizó, el
proceso de cambio tecnológico asociado a la mundialización favorece más a los
países de economías desarrolladas y parece provocar pocos beneficios en los
países en vías de desarrollo.
Por su parte, el decano del
IIEc, Angel Bassols, al referirse a la crisis ambiental señaló que las causas
de ésta son la pobreza y el mal uso de la riqueza. Los pobres del mundo son
orillados a destruir en el corto plazo los recursos en que se basan sus perspectivas
de subsistencia en el largo plazo, mientras la minoría rica provoca demandas en
la base de recursos que a la larga son insustituibles, transfiriendo los costos
una vez más a los
pobres.
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