Boletin:         UNAM-2000/574

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Lunes, 18 de Septiembre de 2000

 

EL DERECHO A LA INFORMACIÓN ES PARTE DE LOS DERECHOS HUMANOS: DIEGO VALADÉS

 

 

El derecho a la información no sólo es compatible con los derechos humanos, sino que debe formar parte de ellos, aseguró el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Diego Valadés, quien sostuvo que las democracias peligran donde la información se convierte en una potestad y se consolidan donde la libertad se ejerce como un derecho.

 

La democracia, aseguró, "es una ficción cuando no rige el derecho a la información y la sociedad no dispone de garantías eficaces para hacerlo valer".

 

Al inaugurar el coloquio internacional "El derecho a la información y los derechos humanos", organizado por los juristas Jorge Carpizo y Miguel Carbonell, el director IIJ resaltó que una sociedad está bien informada al disponer de varias opciones informativas para conocer los hechos.

 

Pero, cuando a la sociedad se le niega el derecho a una pluralidad informativa de ángulos y de matices relacionados con el mismo suceso se le cierran los espacios para la deliberación e información y, por ende, de libertad.

 

Al referirse al coloquio, consideró que en éste deberán examinarse con mayor rigor “el qué y el cómo” regular el derecho a la información, porque la protección de la intimidad no puede extenderse ni entenderse como una forma de desprotección de los intereses colectivos. A su vez, añadió, la tutela del interés general no debe ser utilizada como pretexto para tentaciones estatistas.

 

Agregó que también deberán analizarse los efectos indeseables de la regulación para prever y proveer los remedios procesales adecuados, pues es indispensable considerar que en las democracias constitucionales el derecho a la información es absoluto.

 

Ante juristas mexicanos y de diversos países de América Latina y Europa, reunidos en el auditorio Héctor Fix Zamudio, el titular del IIJ precisó que en el tema de derechos humanos y de información son fundamentales e inseparables los aspectos de libertad y democracia.

 

El derecho a la información, subrayó, ha encontrado amplio acomodo en numerosos textos fundamentales, además de que en ocasiones aparece vinculado al derecho a la intimidad. Para ello, se parte de una realidad: los órganos del poder y los particulares hoy disponen de instrumentos técnicos, por lo que se ha generado la exigencia de respuestas legales que garanticen la protección de la intimidad.

 

Diego Valadés abundó, en entrevista, que la protección de la intimidad de las personas se da con relación al poder. Es uno de los aspectos centrales en la relación gobernado-gobernante: el poder dispone de gran información sobre cada uno de los habitantes, en cualquier ámbito, ya sea fiscal o sanitario, entre otros.

 

Los gobernados, dijo, tienen derecho a que la información relevante sobre su privacidad sea estrictamente para ellos, y no esté disponible para uso discrecional por parte del poder. "Necesitamos también saber lo que el poder conoce de nosotros, ese es el recurso habeas data".

 

Sin embargo, el jurista aclaró en el caso de los funcionarios del gobierno no se trata de que se escondan, se refugien o convierta sus actos o actividades públicas en privadas. "El servidor público sólo tiene vida pública, lo que importa es que seamos los gobernados los que no estemos, en cuanto a lo que el poder sabe de nosotros, al arbitrio de lo que el poder quiera difundir".

 

Valadés explicó que el derecho a la información es un antídoto frente a cualquier tentación de acciones autoritaria. Una democracia, añadió, necesita estar eficazmente informada, los comunicadores contar con garantías plenas para poder ejercer su función y los informados -en este caso las personas- con derechos que les permitan acercarse a la información, presumiendo que lo hará con fuentes fidedignas, confiables y objetivas.

 

El funcionario universitario, hizo énfasis en que el actual proceso de cambio que vive el país es importante e intenso, pero no se debe dejar que recaiga sólo en la naturaleza electoral porque ese capítulo ya se consolidó, fue la primera fase de la lucha por la democracia. Ahora, detalló, falta la institucionalización de la nación, cuya actividad sea controlada por la opinión pública, pero también por otras instancias de poder. Esto, en buena medida se consigue cuando el derecho a la información se regula en forma adecuada.

 

Por su parte, el investigador y coordinador del evento, Jorge Carpizo, comentó durante el evento y luego en entrevista que el derecho a la información debe estar regido por la responsabilidad ética de todos. "Queremos -puntualizó- una legislación moderna que, indudablemente, asegure una serie de derechos y facultades, pero también precise las responsabilidades, porque la libertad ilimitada es lo contrario que existe a la democracia y a la dignidad humana".

 

El especialista sostuvo que no puede existir una actividad humana regulada por el orden jurídico y, menos, una cuya acción es fundamental para la sociedad.

 

En la primera mesa, que tuvo como tema central "Compatibilidad del derecho a la información y los derechos humanos: doctrina, legislación y jurisprudencia comparadas", participaron los juristas Humberto Nogueira, Sergio López y Juan José Ríos; así como el senador panista Javier Corral y, el comunicólogo José Carreño.

 

Carreño Carlón destacó que no se puede restringir la información por medios indirectos como son la distribución del papel y la concesión en los medios audiovisuales de comunicación.

 

Planteó que con relación al derecho a la información en México, se ha vivido la prevalencia de un modelo de subordinación de los medios a la usanza de los años 20´s ó 30´s, en un acelerado tránsito a un esquema de colusión y complicidades en el que el poder público ha pasado a dosificar o limitar sus acciones de subordinador de los medios, sólo cuando los asuntos son de mayor interés o apremio.

 

Resaltó que México se ha automarginado del Estado de Derecho internacional en el campo del derecho humano de la información y éste rezago normativo tiene una correspondencia dramática en la realidad de los medios de comunicación nacionales.

 

En su oportunidad, Humberto Nogueira Alcalá, catedrático de la Universidad de Talca, Chile, apuntó que no existen mecanismos legítimos para distinguir entre libertad de opinión y de información. Señaló que la opinión podría reconocerse porque se trata de juicios que no se sujetan a la objetividad y, por ende, hay mayor libertad.

 

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