Boletin:          UNAM-2000/569

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Viernes, 15 de Septiembre de 2000

 

EVITAR QUE ESTA ERA DEL CONOCIMIENTO SE CONVIERTA EN EDAD OSCURA, RETO DE LAS UNIVERSIDADES: DE LA FUENTE

 

 

El rector Juan Ramón de la Fuente aseguró que el reto fundamental que tienen las instituciones de educación superior de países en desarrollo es el asumir plenamente su responsabilidad para conjurar la amenaza de que esta era del conocimiento, llena de potencialidades, revierta a una nueva edad oscura caracterizada por las falsas creencias, las idolatrías más absurdas y los fundamentalismos tecnológicos y sociales.

 

Actualmente, dijo, el conocimiento tiene un valor económico y es sin lugar a dudas el principal ingrediente del capital social de los países. La concentración del capital está cada vez más ligada a la concentración del conocimiento y viceversa; "el problema –advirtió-, es que donde prevalezca la ley del mercado, la educación corre el riesgo de desnaturalizarse".

 

Puso como ejemplo de esa concentración de capital y conocimiento a la empresa IBM, la cual en 1999 registró dos mil 756 patentes, mientras que 134países del mundo, incluidos los latinoamericanos, registraron solamente dos mil 643 patentes.

 

Al ofrecer la conferencia magistral El reto de la educación superior en América Latina en la Conferencia Latinoamericana de Rotarios, el rector de la Universidad Nacional sostuvo que hoy más que nunca la política debe centrar su mirada en la educación, para encontrar soluciones a los problemas de la sociedad y sacar el mejor partido posible tanto de la globalización como de la revolución tecnológica.

 

Para ello, De la Fuente afirmó que es necesario que los gobiernos tengan una concepción clara del papel que pueden jugar las universidades en ayudar a sus respectivas sociedades a acortar las brechas sociales, y es indispensable evitar que las leyes del mercado se instalen de lleno en el sistema educativo. Éstas, dijo, no son precisamente sensibles a las aspiraciones sociales de los países ni necesariamente solidarias con sus mejores causas.

 

La educación, aseveró, es un bien público que como tal no puede estar sujeta al mercado, pues de ocurrir esto "acabará convirtiéndose en una industria y dejará de ser el principal crisol donde se forja la identidad de cada nación".

 

De la Fuente enfatizó que, en ese sentido, es preciso revalorar la función docente, que es la que confiere valor agregado a la educación universitaria. Aquella, precisó, no puede ser asumida por la tecnología, que es insuficiente para una verdadera labor educativa y para acortar las grandes desigualdades que aún subsisten y que pueden acentuarse.

 

Indicó que educar es formar personalidades, forjar seres humanos libres, sensibles, críticos y comprometidos con la comunidad a la que pertenecen; aptos para el ejercicio consciente de la democracia, así como enriquecer y dar continuidad a la tradición cultural en la que están inmersos.

 

El rector destacó que en las universidades la educación y la ciencia se encuentran, se nutren, y esto es lo que propicia que el conocimiento avance. "Un país sin ciencia propia está irremediablemente condenado a sumirse en sus rezagos".

 

Economías que eran muy pequeñas hace algunos años y que hoy son realmente poderosas, corresponden a países que en las últimas décadas tuvieron una constante: el incremento gradual y sostenido en su gasto en educación y, en particular, en educación superior e investigación científica.

 

De acuerdo a datos del Banco Mundial, mientras el ingreso de las naciones ricas es 42 veces mayor que el de las pobres, su gasto en investigación es 218 veces superior y, seguramente, su ingreso seguirá en aumento porque invierten en producir nuevos conocimientos, manifestó.

 

Explicó que en el mundo existen aproximadamente siete mil universidades registradas, pero de los 560 millones de jóvenes que deberían acceder a ellas, sólo 88 millones lo hacen.

 

En los países ricos, puntualizó, uno de cada dos jóvenes ingresa a las instituciones de educación superior, mientras que en las naciones pobres sólo llegan uno de cada diez.

 

De la Fuente refrendó el carácter nacional de la UNAM, institución que genera el 50 por ciento de la investigación que se realiza en México, y que a lo largo de su historia ha acogido a muchos estudiantes latinoamericanos, quienes han regresado a sus países como profesionales y científicos valiosos para el desarrollo de sus sociedades.

 

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