Boletin: UNAM-2000/558
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Martes, 12 de Septiembre de 2000
LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA,
SUSTENTO DE TODA DEMOCRACIA
El sustento de toda democracia
es la ciudadanía. “Una democracia que no se construye con base en la
participación de los ciudadanos, está sostenida con alfileres”, apuntó Víctor
Sánchez de la Organización no Gubernamental Presencia Ciudadana.
Al participar en la mesa “Los
sondeos de opinión”, en el marco del Seminario Interinstitucional El 2 de
julio: reflexiones posteriores, que se realiza en el Instituto de
Investigaciones Sociales de la UNAM, dijo que el conteo rápido efectuado por su
agrupación se inscribió en un programa general de observación electoral que
tuvo como finalidad incluir a los ciudadanos en el proceso electoral.
Para nosotros las elecciones
son una oportunidad para capacitar, para educar cívicamente a los ciudadanos y
ofrecer un espacio para que participen más allá de la emisión del voto. Hemos
dicho que somos ciudadanos cada tres años, el día que depositamos nuestro voto
en las urnas, sin embargo, en la última década se han incrementado las formas
de participación de la población en la vida pública nacional.
Una de las funciones de las
ONG’s es contribuir a dar certidumbre durante el proceso electoral. Refirió que
para Presencia Ciudadana haber realizado un conteo rápido el pasado 2 de julio
fue una experiencia retribuyente, ya que se coadyuvó en la creación de un clima
de confianza y, además, se establecieron prácticas y procesos que permitieron
llegar a un importante sector de la sociedad.
Enrique Alducin, de la empresa
Alducin y Asociados, comentó, por su parte, que el miedo juega un papel
importante en las elecciones. “He sostenido y sostengo que en el caso de México
la población es reservada y lo podemos observar en el margen de personas mal
llamadas indecisas, quienes no dicen por quién van a votar o por quién
votaron”.
Al referirse al caso del
proceso electoral del pasado 2 de julio, comentó que en las encuestas de
salida, entre el 12 y el 15 por ciento de ciudadanos no quisieron dar a conocer
el candidato de su elección.
Una manera de interpretar ese
fenómeno, agregó, es el temor. Del total de la muestra elegida se obtuvieron
los siguientes resultados: “mucho miedo a salir a votar, 5 por ciento; algo de
miedo, 15 por ciento; miedo a perder beneficios del gobierno, 33 por ciento;
miedo a represalias de parte del PRI y del gobierno, al emitir el sufragio por
un partido opuesto al tricolor, un 33 por ciento”.
Rafael Giménez y Roy Campos,
de las empresas encuestadoras Arcop y Consulta, respectivamente, señalaron que
la pasada contienda presidencial se dio sólo entre dos candidatos: Vicente Fox,
de Alianza por el Cambio, y Francisco Labastida, del PRI.
Rafael Giménez recordó que en
1976 el partido oficial obtuvo casi 90 por ciento de los votos, mientras que
para 1988 se registró una caída brusca del PRI en las elecciones
presidenciales, una tendencia favorable del PAN y una muy buena elección del
antecedente del PRD. En años más recientes, añadió, la caída del PRI se dio
entre 1994 y 1997, cuando del 50 por ciento de los votos pasó al 39 por ciento
y cuando perdió la mayoría absoluta en las diputaciones.
En su opinión durante el
último mes, previo a la jornada electoral, la gente ignoró las campañas del
PRI, las cuales ya no tuvieron efecto en la intención del voto a favor de ese
partido.
Además, comentó que “ante lo
cerrado de la contienda electoral, la propaganda en televisión aumentó y rompió
todos los récords de cualquier tipo decampaña en la historia del país”.
Roy Campos, apuntó que ésta no
es la primera vez que las encuestas electorales causan controversia ni la
última en que sus resultados son impugnados; sin embargo, la novedad en el
proceso electoral del 2000 en México fue que el protagonismo de los ejercicios
estadísticos trascendió, llevando a los encuestadores a escena para ser
criticados, atacados o aplaudidos.
Es atractivo tratar de evaluar
el trabajo de las empresas especializadas en función de su cercanía con los resultados
finales en su última encuesta publicada o, incluso, con alguna de las
anteriores, cuando la correcta evaluación debe darse por la validez de su
metodología y su valor como elemento explicativo del proceso, lo cual se logra
conservando una serie de resultados.
Destacó que las encuestas de
salida y los conteos rápidos del 2 de julio fueron oportunos y, en su gran
mayoría, eficientes. En su conjunto tuvieron una gran precisión, comparable con
las mejores del mundo.
El año 2000 será recordado por
muchos como el de la derrota del PRI, pero para los encuestadores tal vez sea
el año de mayor aprendizaje en metodologías. Quedan pendientes el mejoramiento
en la regulación, la interacción ética entre encuestador y medio de
comunicación, y el papel de las autoridades electorales como contratante de
conteos, entre otros, concluyó Roy Campos.
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