Boletin: UNAM-2000/556
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Martes, 12 de Septiembre de 2000
ENTRE CINCO Y DIEZ MIL
MILLONES DE DOLARES AL AÑO ENVIAN A NUESTRO PAIS INMIGRANTES MEXICANOS
Cada año los inmigrantes
mexicanos en Estados Unidos envían a nuestro país una remesa de entre cinco y
10 mil millones de dólares, cantidad que los sitúa como una de las principales
fuentes de divisas, después de las exportaciones petroleras, el turismo y las
maquiladoras, reveló el investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales (FCPyS), Gustavo Ramírez Paredes.
“La cifra no puede ser exacta
porque, si bien hay alguna manera de sacarla estadísticamente, se tiene que
considerar que cuando los trabajadores regresan a México, para estar con su
familia o en fiestas patronales, traen consigo dólares que no son
contabilizados, pero estimamos -de manera extraoficial- que la cantidad total
es de entre cinco y 10 mil millones anuales”, subrayó.
El ex secretario técnico y
académico de la Coordinación de Relaciones Internacionales de la FCPyS aseguró
que estos flujos son importantes a pesar de que en ocasiones no se les reconoce
o no se difunden, porque la migración mexicana en Estados Unidos representa el
fracaso de nuestro gobierno para resolver el problema del desempleo.
En opinión del especialista en
inmigración mexicana a Estados Unidos, el impacto de las divisas se observa de
manera importante en los niveles regional y local. “Muchas poblaciones en el
país sobreviven con estas remesas, que de no existir su situación sería más
grave todavía”.
El principal atractivo que el
trabajador mexicano tiene para emigrar a Estados Unidos es el diferencial
salarial. En promedio, dijo, un mexicano gana 10 veces más en ese país de lo
que obtendría aquí, aunque el fenómeno migratorio se da porque nuestra economía
no genera suficientes empleos.
Con esta situación, agregó el
catedrático universitario, México propicia un factor de expulsión, mientras
Estados Unidos genera una atracción en términos de asimetría económica.
México, país todavía
dependiente y con una crisis aún no superada, y Estados Unidos, con una
economía desarrollada y en pleno crecimiento, han propiciado la incorporación
de fuerza de trabajo femenina que emigra de las grandes ciudades como el
Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara, así como de entidades alejadas de la
frontera norte como Quintana Roo.
En este sentido, abundó, vemos
cómo el patrón migratorio vive cambios importantes ya que tradicionalmente iban
a Estados Unidos hombres jóvenes provenientes del campo, sobre todo de
Zacatecas, Guanajuato, Jalisco y Oaxaca. En la actualidad lo hacen también los
de las grandes ciudades.
Por otro lado, Ramírez Paredes
comentó que el equipo del presidente electo de México, Vicente Fox, plantea la
necesidad de un acuerdo entre ambos países sobre migración, porque si bien cada
nación tiene la soberanía para determinar quien entra a su territorio, este es
un problema de carácter binacional por sus efectos positivos y negativos.
En ese sentido, añadió, lo que
podría proponerse, una vez instalados los nuevos gobiernos, es un acuerdo
bilateral migratorio en el que se determine que Estados Unidos aumente el
número de visas para trabajadores.
Actualmente este país otorga a
México alrededor de 55 mil visas, las cuales podrían aumentarse a 100 o 150 mil
si se toma en cuenta que el rubro forma parte del Tratado de Libre Comercio,
además de que somos el segundo socio comercial más importante de Estados
Unidos.
En opinión de Ramírez Paredes
la discriminación racial no desaparecerá con un acuerdo binacional, pero el
gobierno mexicano tiene la obligación de garantizar el respeto de los derechos
humanos de nuestros connacionales a través de sus representaciones diplomáticas
y consulados.
En los últimos años la muerte
de migrantes mexicanos en la frontera se incrementó. En 1999 murieron 201
indocumentados y para el 11 de agosto de este año ya van 167. Es decir, la
tendencia es de casi un mexicano fallecido por día.
Por ello, agregó el investigador,
el reto del gobierno foxista es convencer al de Estados Unidos de que el TLC no
pudo resolver el fenómeno migratorio, toda vez que responde a un problema de
carácter económico estructural.
El gobierno de Fox deberá
establecerlo como tema prioritario en la agenda bilateral, porque en las
últimas administraciones sólo se dio importancia a los asuntos económicos,
comerciales y financieros.
Un principio de colaboración
podría darse a partir de la entrega de más visas para trabajadores, aunque la migración
no terminará hasta que nuestra economía crezca y genere empleos suficientes y
bien remunerados, concluyó.
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