Boletin: UNAM-2000/553
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Lunes, 11 de Septiembre de 2000
NECESARIA LA CONSOLIDACIÓN DEL
IFE
Los comicios federales de 1997
y de este año, que han sido los más confiables de la historia electoral de
México, deben servir para consolidar y fortalecer al Instituto Federal
Electoral (IFE), a fin de garantizar su funcionamiento al ritmo de los avances
del país, afirmó el consejero electoral de ese órgano colegiado Mauricio Merino
Huerta.
Subrayó que la legislación
electoral vigente, desde 1996, ha dado pruebas claras de su efectividad, dado
que los comicios que se han efectuado desde entonces han sido los menos
objetados, y a pesar de que con este marco legal podrían organizarse también
las elecciones del 2003, se requieren reformas para estar acorde a los tiempos
actuales.
El consejero electoral
participó en el seminario interinstitucional "El 2 de julio. Reflexiones
posteriores", organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales
(IIS) de la UNAM, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y
la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Luego de que Germán Pérez
Fernández del Castillo, de la FLACSO, inauguró el seminario y rindió homenaje
al ideólogo Carlos Castillo Peraza, recientemente fallecido, Merino Huerta
resaltó que durante la LVIII Legislatura Federal se podría producir la nueva
reforma electoral.
Aseveró que no sólo los
partidos políticos han reiterado su preocupación por la necesidad de regular
con mayor precisión las prácticas de compra y coacción del voto. En el terreno
del debate público, agregó, se discuten, cada vez más, las diferencias entre
los sistemas electorales de los estados y de éstos con el federal.
Los temas, planteó el
especialista, no se refieren a las tareas sustantivas internas del IFE, a sus
procedimientos ni a su estructura, por lo que no excluyen ni niegan la
posibilidad de perfeccionar su funcionamiento, luego de 10 años de vida. Añadió
que se puede hacer una evaluación serena, en busca de las zonas de incertidumbre
que las leyes actuales no resuelven de manera suficiente.
En su exposición, presentada
en la mesa "La reforma electoral de 1996 puesta a prueba", que se
llevó a cabo en la Sala de Usos Múltiples del IIS, Merino Huerta dijo que el 2
de Julio abrió la posibilidad real de comenzar a trabajar en torno a los
aspectos electorales, porque al margen de cualquier tensión política de
coyuntura, el país ya vivió dos elecciones federales consecutivas legítimas y
confiables.
Durante el acto inaugural,
Germán Pérez Fernández del Castillo comentó que todavía existen muchos
problemas que aquejan a la democracia. Para unos, su transición ya ha
concluido, para otros las elecciones federales del 2 de julio apenas fueron el
inicio.
El investigador hizo hincapié
en que la transición es producto de un esfuerzo conjunto de instituciones,
grupos, partidos e individuos y, en general, de todos los mexicanos.
A su vez, el politólogo Benito
Nacif, del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE), remarcó que
las instituciones electorales y las reglas que regulan el juego electoral no
deben verse como producto de un diseño racional sino como equilibrios, producto
de las negociaciones que reflejan los intereses de las partes, de los partidos
políticos.
Explicó que los equilibrios
más sólidos y estables son evidentes en la Cámara de Diputados, donde en la
actualidad hay poco espacio para hacer futuras reformas en lo que concierne a
la proporcionalidad.
En el caso del Senado de la
República, sostuvo, hay potencial aunque también existen importantes
limitaciones debido a que unas opiniones están en favor de aumentar la
proporcionalidad y disminuir las ventajas de los partidos mayoritarios. Otras,
en cambio, dicen que el principio de la igualdad de representación de los
estados ha sido violado por la reforma anterior y que aumentar la
proporcionalidad, contrasta o está en contradicción para poder mantener ese
principio.
Sin embargo, advirtió Nacif,
"los senadores nos representan en sus estados y rinden cuentas a sus
partidos políticos y, entonces, ese principio estáya completamente fuera de
contacto con la realidad política mexicana".
En su oportunidad, el senador
perredista, Jesús Ortega, se refirió a las reformas electorales y dijo que la
principal virtud que tiene la de 1996 es que ayudó a consolidar la
"ciudadanización" del IFE. Esto se vio en los comicios de 1997 y,
especialmente, en los del 2000, los cuales hicieron posible la responsabilidad
de ese órgano en la organización de los procesos electorales y se dio el paso
decisivo para quitársela al Poder Ejecutivo.
Esto lo podemos observar,
agregó, en el comportamiento del Consejo General del IFE, y en el de los consejos
electorales locales y distritales en los que había desconfianza, porque algunos
de los funcionarios electorales trabajaban en forma paralela en instancias
gubernamentales.
Por su parte, Andreas
Schedler, de la FLACSO, habló de la compra de sufragios y dijo que el proceso
electoral del 2 de julio no fue exitoso en lo referente al mercadeo de votos,
pero consideró que es un debate que todavía está abierto a la posible
regularización para evitar este tipo de maniobras.
Manifestó que el capital ganado
por el IFE podría ser utilizado en el futuro si este organismo ampliara su
ámbito de atribuciones para dar servicios electorales a todas aquellas
instancias que lo requieran.
Andreas Schedler dijo que hay
todo un mundo político de asociaciones civiles o de subsistemas políticos donde
un órgano tan competente como el IFE puede ayudar más a fortalecer una cultura
electoral del país.
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