Boletin: UNAM-2000/540
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Miércoles, 06 de Septiembre de 2000
UNIFICAR ESFUERZOS PARA
IMPULSAR EL DESARROLLO INDUSTRIAL DEL PAÍS: SARUKHÁN KERMEZ
El desarrollo industrial del
país, ligado a una creciente tecnología, debe darse mediante la conjunción de
esfuerzos del sector privado, el gobierno y las instituciones de educación
superior, aseguró el ex rector de la UNAM, José Sarukhán Kermez, al participar
en el seminario “Tecnología, desarrollo y universidad: México 2000”.
Para ello, agregó, las
universidades públicas del país necesitan tener una buena relación con las
diversas instancias del Poder Ejecutivo, pero sin dejar de mantener su
distancia, autonomía y personalidad propias.
Subrayó que una universidad
“no es un ente colgando de un hilo en el aire”, pues tiene que convivir y
realizar sus funciones con las diversas autoridades de gobierno y no sólo con
el presidente de la República.
Entrevistado en el marco del
seminario “Tecnología, desarrollo y universidad: México 2000” que se llevó a
cabo en la sala “Maestro Ricardo Torres Gaitán”, del Instituto de Investigaciones
Económicas (IIEc) de la UNAM, José Sarukhán resaltó que la Universidad Nacional
no puede funcionar aislada, debe tener una relación de trabajo profesional y
que apoye el ejercicio de las funciones para las cuales existe”.
Luego, en su participación en
la mesa “El futuro de la ciencia y la tecnología”, el también investigador del
Instituto de Ecología subrayó que el paso indispensable para establecer una
política de desarrollo científico, tecnológico e industrial, es mediante la
interacción, complementada y a largo plazo,de los tres factores fundamentales,
pues de lo contrario no es posible lograrlo.
Ante investigadores de la UNAM
y de otras instituciones de educación superior, reunidos en la sala que se
ubica en la Torre II de Humanidades, Sarukhán Kermez señaló que el desarrollo
científico y tecnológico implica una alta responsabilidad porque el avance
inadecuado significa deterioro al medio ambiente, social y político, entre
otros.
La relación ciencia y
tecnología, abundó, ya no sólo puede medirse en función de los beneficios sino
de los costos y las ventajas sociales. Por ello, se debe tener cuidado de que
ninguno de los tres elementos aborte o se distorsione.
Sarukhán dijo, entonces, que
los riesgos para la UNAM y para cualquier institución de educación superior es
que distorsionen su función, en aras de una relación sin los tres factores
fundamentales.
Dejó en claro que las nuevas
tecnologías pueden ser muy útiles para ciertos fines, pero de ninguna manera sustituyen
la función de la Universidad.
En el evento, en el que
participó el especialista Antonio Hidalgo, del Centro de Estudios de Posgrado
de Administración de Empresas (CEPADE) de Madrid, Ifigenia Martínez, ex
integrante del IIEc, aseveró que México requiere de un proyecto alternativo en
el que la ciencia y la tecnología tengan un papel preponderante.
Este programa, explicó, se
puede lograr a través del desarrollo sustentable y de la democracia bajo un
régimen de economía mixta, lo que significa vincular aspiraciones comunes y
lograr que la globalización se democratice.
Dijo que este plan nacional de
desarrollo implica la reestructuración del sistema de planeación democrática,
descentralizada y participativa en sus diferentes niveles, pero también con una
reforma fiscal integral.
En su intervención, Matías
Moreno, director del Instituto de Física, recalcó que la ciencia y la
tecnología siguen siendo motores esenciales de las economías mundiales.
Por ello, consideró que México
debe adaptarse al ritmo de crecimiento de ambos factores o continuará como una
economía dependiente, como lo ha sido desde hace 400 años.
Luego de hacer un balance del
desarrollo de diversos campos de la ciencia y lo que se espera para su futuro,
Matías Moreno comentó que se necesita incrementar la inversión en este rubro
con recursos propios del orden del 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB), “si queremos transformar nuestra situación económica”.
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