Boletin: UNAM-2000/529
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Lunes, 04 de Septiembre de 2000
EL ABASTECIMIENTO DE AGUA, LAS
INUNDACIONES Y EL DESEQUILIBRIO ECOLÓGICO, PODRÍAN AGRAVARSE EN EL VALLE DE
MÉXICO
El insuficiente abastecimiento
y crecimiento de la red de agua potable, la persistencia de las inundaciones y
el desequilibrio ecológico que sufre el Valle de México podrían agravarse de no
tomarse las medidas adecuadas para revertir esta problemática, afirmó Rafael
Huízar Alvarez, investigador del Instituto de Geología de la UNAM.
La desproporción entre las
grandes cantidades de agua que se consumen y los precios que se pagan por ella,
las deficiencias en su aprovechamiento, suministro y distribución, así como el
derroche del líquido que es de hasta el 40 por ciento, podría llevarnos a
enfrentar, en dos décadas, problemas como la lucha de intereses políticos por
su control y manejo a escala interestatal e intermunicipal, alertó.
El investigador universitario
sostuvo que las inundaciones persistirán mientras no se lleven a cabo trabajos
de mantenimiento y crecimiento de la red de drenaje y continúe la deforestación
de las zonas arboladas que, al no retener la tierra, provocan que los
sedimentos alcancen, junto con la basura, al sistema de desagüe.
Por ello, consideró necesario
lograr el abasto independiente de agua en el Distrito Federal, además del
aprovechamiento y distribución óptimos del recurso. Se requiere también de
educación y capacitación para sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia
del uso racional del líquido y de los costos ambientales que implican su manejo
inadecuado.
Al dar un panorama sobre la
problemática del abastecimiento de agua y de las inundaciones que padecen
diferentes zonas del área metropolitana, Huízar Álvarez explicó que la red de
suministro no crece en forma paralela a las necesidades: existen zonas donde el
agua es llevada en pipas; además de que hay gran desproporción entre las
cantidades de agua que se consumen y los precios que por ella se pagan en
lugares como las Lomas o Chalco.
El especialista señaló que la
compleja interacción de factores naturales, económicos, políticos y sociales
del Valle de México han provocado deficiencias en el aprovechamiento,
suministro y distribución del agua. A ello se suma el uso irracional del
líquido, lo que constituye uno de los problemas más agudos.
Resaltó que se deben promover
acciones inmediatas de mediano y largo plazo en materia legislativa, educativa,
fiscal, presupuestal y administrativa para el uso, aprovechamiento y
distribución eficiente y equitativa del agua, con base en la prioridad de
lograr un desarrollo sustentable de la ciudad.
Asimismo, agregó, se requieren
otras medidas como un nuevo diseño de la política tributaria relacionada con el
uso del agua y de la infraestructura hidráulica.
El diagnóstico
Entre las causas que agudizan
el complejo problema del agua, abundó el académico, se encuentran la
insuficiencia e ineficacia de los sistemas de tratamiento y reciclaje de agua
residual, así como la falta de identificación precisa y protección de las áreas
de recarga natural.
“Esta región, donde se asienta
la ciudad, fue un área de lagos. Un ejemplo es Chalco, municipio que se está
hundiendo con mayor rapidez que el Distrito Federal", añadió.
El investigador universitario
resaltó que entre las zonas expuestas a inundaciones se encuentran Ecatepec,
Chimalhuacán y Nezahualcóyotl. Comentó que debido a que el agua regresa al
sitio donde pertenece, aunque se seque artificialmente, sigue siendo un área
dispuesta a contener agua.
Recordó que en 1965 el Lago de
Texcoco estaba cinco metros por debajo de la ciudad de México. Esa zona siempre
fue la más baja de toda la región, empero, por el hundimiento del Distrito
Federal en la actualidad ha quedado arriba.
Por esta causa, el drenado del
agua es cada vez más difícil y el riesgo de inundación de la metrópoli por el
desbordamiento de la represa es mayor. Recalcó que dichas áreas nunca debieron
urbanizarse, sino rehabilitarse de acuerdo con su vocación.
El académico aseguró que
también se requiere dar mantenimiento eficaz a la infraestructura hidráulica,
“pues las obras de distribución de agua potable pierden entre 12 y 24 metros
cúbicos por segundo”, a lo que se suma el desperdicio por las fugas
intradomiciliarias.
Consideró imperante el control
del drenaje de agua negra a cielo abierto -como el canal de La Compañía, que se
desbordó hace unos meses en Chalco-, así como sanear las corrientes y cauces
usados como conductos de agua residual.
En materia
jurídico-administrativa, dijo que se deben establecer, entre otras medidas,
normatividades que permitan la protección y mantenimiento de áreas de recarga
natural; aplicar en forma efectiva las leyes relativas al control de las
descargas de desechos líquidos a las alcantarillas del sistema general de
drenaje; crear un sistema de cobro que permita fijar, actualizar y hacer
efectivo el cobro de tarifas sobre los volúmenes de agua usados en todos los
niveles -casas habitación, industrias y comercios-, y, especialmente, elaborar
un proyecto de planeación que defina el límite máximo posible del área urbana
de la zona metropolitana.
El pronóstico y las soluciones
El investigador del Instituto
de Geología de la UNAM comentó que se estima el incremento de las enfermedades
gastrointestinales y de cáncer por la deficiente calidad química del agua, ya
que el deterioro gradual de la físico-química de está provocará que “nos tengamos
que adaptar a beber agua de peor calidad”.
Asimismo, se prevé mayor
hundimiento del suelo y los consiguientes daños a la infraestructura urbana; la
desecación, desertificación y/o inundaciónde las cuencas y sub-cuencas
hidrológicas vecinas, y amenazas a la sobrevivencia de la flora y la fauna
silvestres de la zona, entre muchos otrosefectos.
Ante tal panorama, el
investigador de la UNAM sugirió, entre otras acciones, impulsar el
reordenamiento hidráulico por regiones hidrogeológicas, que permita un manejo
integral y sustentable del recurso y un programa que incluya la utilización
eficiente de los volúmenes de lluvia disponibles.
Recomendó fomentar y coordinar
la investigación científica y tecnológica en materia de disponibilidad de agua
y sus impactos ambientales, con base en metodologías de enfoque sistémico que
reconozcan la interrelación entre la cuenca de México con las vecinas.
Rafael Huízar expuso la
necesidad de determinar con veracidad los caudales de agua usados en la zona
metropolitana, tanto de entrada como de uso y salida. En la actualidad se
estima que se consumen 65 metros cúbicos ó 65 mil litros por segundo, es decir,
300 litros por persona al día, cantidad que no se utiliza en realidad, ya que
el 40 por ciento se desperdicia en fugas.
De analizarse la normatividad
jurídica del uso y manejo del agua, se podrían actualizar tarifas y revisar
concesiones al sector privado. Además, seríarecomendable que se cumpla y adecue
el reglamento de construcción en cuanto al aprovechamiento del agua pluvial y
su tratamiento, así como
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