Boletin:          UNAM-2000/526

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Sábado, 02 de Septiembre de 2000

 

POSITIVO EL AHORRO DE ENERGÍA CON EL HORARIO DE VERANO

 

 

El ahorro en la generación de energía por el cambio de horario ha permitido a México evitar la erogación de alrededor de mil millones de dólares para este propósito, aseguró Pablo Mulás del Pozo, director de Programas Universitarios (PU) y ex director del Programa Universitario de Energía, quien coordinó el grupo multidisciplinario de 121 investigadores que analizó el impacto de esta medida en la población.

 

El académico explicó que existe un momento del año en el que la demanda de potencia de la energía eléctrica alcanza su punto más alto, que son llamados picos. Con el horario de verano este pico disminuyó -en 1996- en 600 megaherz, cantidad que en caso de haber sido requerida, hubiera significado un gasto de 600 millones de dólares.

 

Esta demanda máxima de potencia aumenta cada año, de manera tal que la reducción que para este año se calcula con el horario de verano es de 900 megaherz, lo que permitió un ahorro de aproximadamente mil millones de dólares que la Comisión Federal de Electricidad hubiera tenido que erogar para satisfacer la demanda de los usuarios.

 

Mulás del Pozo habló sobre los resultados de la investigación multidisciplinaria que coordinó la Universidad Nacional sobre los impactos que el horario de verano ha tenido en la sociedad mexicana y en sus actividades cotidianas.

 

Los resultados preliminares de ese estudio revelan que no ha existido una afectación considerable en la rutina de los mexicanos. El director de PU señaló que el principal aspecto negativo se observó en la impresión subjetiva de descontento por parte de la población.

 

En cierta medida esa percepción negativa se originó en una deficiente información al público, que esperaba ver reducidas las cantidades que por concepto de consumo de energía tiene que pagar. El objetivo del programa, apuntó Mulás del Pozo, no era primordialmente lograr esa disminución en los cobros, sino más bien reducir los gastos de generación de electricidad.

 

Agregó que en cuanto a los impactos sociales de esta medida, en las actividades educativas no se observó ninguna disminución en el rendimiento de los alumnos a causa del cambio de horario. Reveló que incluso se determinó que existe una muy pequeña mejoría en la productividad de las personas gracias al horario de verano.

 

Respecto a la salud de las personas, Pablo Mulás señaló que el acostumbrarse a una modificación en el horario no significa ningún riesgo para éstas ni una disminución en sus condiciones generales.

 

El cuerpo necesita, aseguró, un día para acostumbrarse al nuevo horario, aunque hay sectores de la población que requieren en ocasiones un mayor trabajo de adaptación, como son los niños y las personas de edad avanzada.

 

Un aspecto que se pudo establecer gracias a estos estudios es que la disposición anímica de cada individuo tiene una gran influencia en la capacidad corporal y orgánica de asimilación del nuevo horario.

 

El director de PU manifestó que la investigación, realizada por 18 comités coordinados por la UNAM en los cuales participaron académicos de esta casa de estudios y de otras instituciones de educación del interior del país, derribó muchos mitos que se tenían con respecto al horario de verano.

 

Uno de ellos es el relativo a la vida sexual de las personas, que algunos sostuvieron que se vería afectada por el horario de verano. Lo que ocurre, indicó, es que el cambio de horario coincide con el inicio de la época de calor, que genera un mayor cansancio y, en consecuencia, una menor disposición para la actividad sexual.

 

El estudio sobre los impactos del horario de verano fue solicitado a la Universidad Nacional por la Secretaría de Energía en virtud de la imparcialidad y objetividad que caracteriza a esta institución académica, y es el primero que se realiza en el país sobre el particular. Mulás del Pozo afirmó que, de hecho, al recopilar información no se encontraron investigaciones similares que se hayan realizado en el extranjero.

 

La investigación se inició a finales del mes de mayo de este año y comprendió los meses de junio y julio. El trabajo se desarrolló por 18 comités encabezados por académicos universitarios que analizaron, entre otros, los siguientes temas: agricultura, comercio, educación, energía, familia, finanzas, ganadería, medio ambiente, salud, seguridad pública, transporte y turismo.

 

De las instituciones participantes en esta investigación destacan: las universidades de Guadalajara, Mérida, Nuevo León, Michoacán, la Universidad Autónoma Metropolitana, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey, los colegios de las fronteras Norte y Sur, los de Sonora y Tlaxcala y el Instituto Mexicano del Transporte

 

Los participantes en el proyecto "Estudio integral sobre el impacto de implantación del horario de verano en la sociedad mexicana" son especialistas de áreas como la sociología; psicología; psiquiatría; antropología; ingeniería en medio ambiente, transporte y telecomunicaciones y medicina.

 

Actualmente los informes están siendo recopilados para presentar los resultados finales a la Secretaría de Energía. Mulás del Pozo aclaró que esta investigación no persigue formular una opinión sobre la conveniencia o no del horario de verano, sino identificar su impacto en diferentes áreas para que las autoridades cuenten con más elementos para tomar una decisión al respecto.

 

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