Boletin:          UNAM-2000/511

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Miércoles, 30 de Agosto de 2000

 

LA PROMOCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA SALUD IMPACTAN AL SISTEMA JURÍDICO: GRACIELA RODRÍGUEZ

 

 

La promoción y el tratamiento de la salud impactan al sistema jurídico ya sea en el cumplimiento o no de sus normas e instituciones, y en la creación de marcos regulatorios que facilitan u obstruyen la salud, la vida armónica de los individuos y el contexto social, aseguró Graciela Rodríguez Ortega, profesora e investigadora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

 

Al dar un panorama sobre la psicología de la salud, la ex integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM expresó que los especialistas en esa rama "no encontramos respuestas generalizadas, sino métodos de estudio variados que nos permiten detectar problemas humanos y sugerir soluciones particulares".

 

La investigadora participó en el seminario “Temas selectos de derecho y salud”, organizada por el Núcleo de Estudios Multidisciplinarios en Salud y Derecho del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), el cual inauguró el secretario académico de esa dependencia, Sergio López Ayllón.

 

Señaló que recientes estudios psicológicos parecen coincidir con algunas preocupaciones de los juristas: ¿cómo hacer que el derecho sea concebido más allá del castigo y la formalidad de su creación, como un orden de efecto multiplicador en el desarrollo humano?, ¿cómo explicarse las conductas antisociales que contravienen la norma?

 

En la mesa redonda Psicología y Derecho, María Elena Medina Mora, jefa de la División de Investigaciones Epidemiológicas y Sociales del Instituto Mexicano de Psiquiatría, se refirió al “Estado de la farmacodependencia en México y su impacto jurídico”, en particular a los aspectos que deberían de incluirse en una política de salud.

 

Al dar algunas cifras, Medina Mora destacó que en México, de 1970 a 1996 el consumo per capita de alcohol aumentó el 39.2 por ciento, cifra que en la actualidad representa el 5.4 por ciento de la población; el 30 por ciento de la población con mayores ingresos ingiere el 53 por ciento del alcohol disponible, y el 40 por ciento de las bebidas etílicas no pagan impuestos.

 

La especialista sostuvo, además, que en el 21 por ciento de los ingresos por accidentes a las salas de urgencias se detectan niveles positivos de alcohol en sangre, y que uno de cada cinco personas que sufren un percance reporta haber bebido en un establecimiento comercial.

 

Comentó, también, que al 20.5 por ciento de los jóvenes les han ofrecido drogas, el 34.8 dice que es fácil conseguirlas, y el 64 por ciento de los consumidores pertenecientes a este sector social destaca que se las ha proporcionado un amigo.

 

Antes, el investigador jurídico Fernando Cano Valle, quien moderó la mesa “Vínculos entre el derecho y la salud humana”, afirmó que la declaración de una política nacional no basta por sí sola para garantizar el derecho a la atención de la salud de la población, por lo que debe traducirse en programas y servicios específicos aplicables.

 

El ex director de la Facultad de Medicina (FM) sostuvo que en la Constitución este derecho sirve para dar a conocer al individuo que su protección forma parte de la política del gobierno y se refleja en las leyes fundamentales de la nación, y que todos los derechos poseen una obligación individual, de esta manera el de la justicia impone a la autoridad ser equitativo, sobre todo respecto a los servicios de salud para todos los ciudadanos.

 

Por su parte, la coordinadora del evento, Marcia Muñoz de Alba, explicó que en el discurso político, social y económico del presente siglo un común denominador será la presencia del derecho y la medicina. Son aspectos presentes tanto a nivel nacional como internacional.

 

Dejó en claro que en pocas ocasiones el derecho y la salud han sido identificados como aliados y por mucho tiempo han permanecido alejados. “Esto es un error porque realmente constituyen un binomio correlativo: el derecho y la salud se necesitan y se refuerzan mutuamente”.

 

En su oportunidad, el investigador de la FM, Fernando Martínez Cortés, pidió que los futuros galenos tengan una mejor preparación clínica para dar una mayor atención al aspecto del padecimiento clínico y no sólo físico del paciente.

 

Explicó que el médico debe reconocer que el enfermo es una persona no un cuerpo, por lo que tiene que modificar la forma en que da consulta con una atención más de fondo para conocer las causas reales que provocan los padecimientos.

 

Al hablar sobre el “Presente y futuro de la atención de la salud en México”, la diputada priísta Mercedes Juan López, expuso la necesidad de mejorar los servicios de salud para dar una mejor atención, crear el servicio civil de carrera y un programa nacional de investigación en salud, así como regularizar la formación de profesionales en el ramo.

 

Asimismo, planteó la necesidad de que se conformen comisiones estatales de arbitraje médico en todo el país, pues apenas hay 13; se fortalezca el mercado de medicamentos genéricos y se establezca vigilancia sanitaria de bienes y servicios nacionales.

 

En tanto, el diputado perredista Gonzalo Rojas Arreola, indicó que ante la llegada de un Congreso de la Unión más plural, existe la esperanza y posibilidad de que no se desmantele la seguridad social y la población tenga este beneficio indispensable para ella.

 

A su vez, Feggy Ostrosky, profesora de la FP, habló sobre las bases biológicas de la violencia. Dijo que el factor de género es importante porque la mayoría de las personas vinculadas a eventos de esa naturaleza son del sexo masculino.

 

La especialista, quien actualmente realiza una investigación en un grupo de 25 sujetos de una prisión de alta seguridad, aclaró que gracias estudios de neuroimagen se ha comprobado que cuando el ser humano presenta actos de agresión existe una acción de cuatro estructuras cerebrales: el hipotálamo, la amígdala, el hipocampo y la corteza. También puede darse el caso, agregó, de que el daño no sea estructural sino de deficiencias de las sustancias que intervienen en los procesos neurales.

 

Finalmente, Nelly Salgado de Snyder, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría, al hablar de las motivaciones de migrantes ilegales hacia Estados Unidos, manifestó que para la psicología un problema fundamental a tratar es cómo les afecta el doble papel que juegan: en sus comunidades de origen y en Estados Unidos. De acuerdo con cifras de 1997 en EUA había más de siete millones de mexicanos; de éstos, cuatro millones estaban legalmente, tres millones eran indocumentados y alrededor de un millón eran ciudadanos naturalizados.

 

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