Boletin:          UNAM-2000/507

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Martes, 29 de Agosto de 2000

 

EN LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS, EL SUICIDIO EN MÉXICO SE INCREMENTÓ EN 200 POR CIENTO

 

 

En los últimos 30 años, el suicidio en México se incrementó hasta en 200 por ciento, al pasar la tasa anual de mil 100 a tres mil 400 muertes, informó Alejandro Díaz, director del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

“Esto representa un incremento considerable”, estimó, en entrevista, el especialista, quien señaló que “si bien la tasa en el país sigue siendo baja en relación con la de Estados Unidos -que es de 24 mil a 25 mil suicidios por año-, el aumento es importante.

 

Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo se suicidan a diario tres mil 500 personas, lo que al año suma alrededor de un millón 277 mil muertes. Además, que entre 5 mil y 15 mil atentan contra su vida.

 

En América, indicó, la mayor incidencia de suicidios se presenta en jóvenes de entre 15 y 19 años de edad. Si bien Canadá, Estados Unidos, Cuba y Venezuela registran las tasas más altas del continente, en México se dio una considerable elevación.

 

De acuerdo con datos de los institutos Mexicano de Psiquiatría y de Geografía, Estadística e Informática (INEGI), así como de las distintas procuradurías de justicia del país, mientras que en 1970 la tasa de muertes por suicidio era de 1.13 casos al año por cada 100 mil habitantes, en 1994 aumentó a 2.89, y actualmente es de 3.4, es decir, se registró un incremento acelerado de 200 por ciento en las últimas tres décadas.

 

En la República Mexicana, detalló Alejandro Díaz, los estados de mayor incidencia por suicidio son Tabasco, Campeche, Yucatán y Quinta Roo, con una tasa de entre cinco y 10 casos por cada 100 mil habitantes. En tanto, las entidades del centro del país, como Tlaxcala, México, Hidalgo, Querétaro y Puebla, registran las tasas más bajas. “Esto se encuentra en investigación, pues aún no se conocen las causas de esta enorme diferencia”, aclaró.

 

El suicidio, manifestó el especialista de la UNAM, es una conducta violenta de baja incidencia en relación con el homicidio. “Pero esto puede tener su explicación si observamos que México se ubica entre el primero y el quinto lugar de asesinatos en el mundo".

 

Sin embargo, comentó Alejandro Díaz, el aumento en las muertes por suicidio están relacionadas con una falta de tratamiento de la depresión, que es la principal causa; después le siguen los trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia y la dependencia al alcohol y a las drogas.

 

La depresión

 

Alrededor de 10 millones de mexicanos sufren algún tipo de depresión, el resto la ha padecido o la padecerá en algún momento de su vida, pero quizás con menor intensidad y con muchas probabilidades de superarla.

 

El investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM explicó que la depresión es una enfermedad que se hereda y todos la sufren varias veces a lo largo de la vida, pero la intensidad y la frecuencia pueden variar de acuerdo con la genética de cada persona y, cuando éstas son mayores, la depresión requiere tratamiento.

 

Una persona que sufre depresión no tiene impulsos para actuar, para moverse, la familia lo llega a considerar un flojo. No duerme bien, no tiene apetito sexual, está de mal humor, de todo se cansa y de todo se aburre.

 

El especialista expuso que una persona deprimida fracasa, “no puede levantarse temprano, no termina lo que empieza, no soporta a su pareja, no puede estudiar, no puede mantener una relación amorosa, no puede vivir”.

 

Las personas deprimidas, agregó, se quejan de todo lo que les pasa, pero realmente algo sucede dentro de ellas que no les permite adaptarse a las circunstancias ni resolver sus problemas.

 

De acuerdo con la autopsia psicológica practicada en pacientes suicidas, se descubrió que entre el 20 y el 45 por ciento de las personas que se quitaron la vida estaban deprimidas.

 

El universitario indicó que la persona deprimida no puede afrontar ninguna situación de pérdida o de dolor y esto puede precipitar el suicidio. El divorcio, la pérdida de un familiar o del empleo, o una crisis económica personal no son factores directos del suicidio, como lo es la depresión, pero éstos pueden precipitarlo.

 

“Todos tenemos problemas en la vida -señaló Díaz-, y una persona sana y madura no lo es porque no los tenga sino porque tiene la capacidad para afrontarlos. Las personas deprimidas se sienten incapaces de adaptarse a las circunstancias, de emprender retos y de cambiar”.

 

La depresión aumenta el riesgo del suicidio, el cual es considerado la segunda causa de muerte de los jóvenes entre 15 y 19 años de edad. Es más frecuente entre los varones, comentó el universitario, pues aunque las mujeres lo intentan un mayor número de veces, debido al método que utilizan tienen menos posibilidades de lograrlo.

 

Díaz detalló que el hombre tiende a utilizar métodos más violentos como el arma de fuego, mientras que la mujer lo intenta con medicamentos, por lo que hay más posibilidades de salvarla. La relación es de tres hombres por una mujer, que decidieron quitarse la vida.

 

Algunos adolescentes, indicó, sin tener pensamientos francos de autodestrucción o de muerte, con frecuencia se enfrentan a riesgos y situaciones peligrosas como manejar a gran velocidad, constituyendo el grupo de los “parasuicidas".

 

Planteó que “cuando una persona manifiesta deseos de autodestrucción o de muerte, hay que creerle. Con mucha frecuencia si intenta suicidarse una vez, lo sigue haciendo hasta conseguirlo. Por eso es importante que reciba el tratamiento adecuado". La familia es muy importante en la recuperación del paciente, dijo, pues el 45 por ciento de la población deprimida ha experimentado al menos durante 5 días que su familia estará mejor sin él o sin ella. En estos casos, tanto los parientes como el médico deben escuchar y mostrarse comprensivos.

 

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