Boletin: UNAM-2000/462
Lugar: Ciudad
Universitaria
Fecha: Sábado, 12 de
Agosto de 2000
EL DOLOR CRÓNICO AFECTA LA CALIDAD DE VIDA: BENJAMÍN
DOMÍNGUEZ
Los problemas de dolor
crónico constituyen un padecimiento tan grave como cualquier otro de tipo
degenerativo y aunque las personas no mueren a causa de este sí ven alterada su calidad de
vida, afirmó el doctor Benjamín Domínguez Trejo, catedrático de la Facultad de
Psicología de la UNAM.
Al hablar de las técnicas para manejar el Dolor Crónico
(DC), el especialista informó que en 1999, en el Hospital General de México, 60
por ciento de los aproximadamente dos mil pacientes que asistieron a consulta
externa cada mes, lo hicieron por problemas de este tipo.
Además, precisó, estimaciones recientes indican que a
escala mundial el 22 por ciento de los adultos atendidos en cuidados primarios
padecen algún cuadro de dolor crónico que les ocasiona sufrimiento e
incapacidad, “y aunque existen técnicas psicológicas que contribuyen a
disminuirlo, éstas aún no son empleadas ni difundidas correctamente entre la
población”.
Indicó que un DC, además de estar asociado a padecimientos
degenerativos graves, “es aquel que aqueja a una persona por más de seis meses
y que, generalmente, los tratamientos médicos disponibles no han podido curar”.
Es cierto, aclaró, que existen muchos fármacos útiles para
curar dolores de tipo agudo, “los cuales a veces son como una señal de alarma
de problemas subyacentes y pueden desaparecer en poco tiempo, con el uso de
esos medicamentos”.
Sin embargo, subrayó, para este padecimiento se debe
combinar el tratamiento médico con el psicológico y, muchas veces, éste último
es el más indicado porque no provoca otras reacciones que los medicamentos
usados por periodos prolongados sí producen.
Un paciente con DC, abundó, presenta irritación, agonía y
estrés. “En la medida en que este cuadro se intensifica y prolonga, sus quejas
recurrentes irritan a los médicos, amigos y familiares, con lo que contribuyen
a una espiral de estados emocionales negativos”.
Es entonces, agregó, cuando estos enfermos acuden con un
especialista “pues consideran que la atención médica recibida no ha sido
suficiente y buscan una forma de disminuir su sufrimiento”.
En este caso, precisó, nosotros ofrecemos a los pacientes,
desde el punto de vista psicológico, ayuda para controlar el estrés o los
cambios emocionales y fisiológicos desencadenados en el organismo como
mecanismo de adaptación y defensa frente a las enfermedades.
Técnicas para manejar el dolor
Existen varias técnicas para manejar el dolor crónico, que
van desde la respiración diafragmática, el pensamiento en imágenes y expresar o
escribir miedos o preocupaciones, hasta la distracción de la atención y la
retroalimentación biológica.
El doctor Benjamín Domínguez, quien también es asesor del
Centro Nacional para el Estudio y Tratamiento del Dolor del Hospital General de
México, manifestó que actualmente sus estudios se centran más en el uso de la
técnica de retroalimentación biológica, la cual consiste en utilizar aparatos portátiles
cuya función es amplificar la información de los cambios producidos
continuamente en el paciente cuando tiene dolor o está estresado.
Estos mecanismos, abundó, ya se utilizan en México y desde
hace unos meses en la UNAM; así como en el Centro Nacional de Cardiología. “Con
estos equipos, por ejemplo, los pacientes aprenden a identificar en qué momento
un músculo de su cuerpo se está poniendo tenso y, a partir de este indicador,
empiezan a controlar su estrés, al mismo tiempo que disminuyen el dolor”.
Este aparato computarizado, abundó, es portátil y su
función es medir la saturación de oxígeno y la frecuencia cardiaca del
paciente, lo cual permite al terapeuta conocer con mucha exactitud qué tanta
actividad susceptiva tiene el enfermo y cuánto dolor hay en determinadas
regiones de su cuerpo.
“De este modo, en seis u ocho sesiones, los pacientes
aprenden a identificar qué pensamientos o actividades aumentan su tensión
muscular y con cuáles disminuye; por eso podemos decir que esta es una técnica
muy exitosa para controlar cuadros de dolor crónico”.
Está comprobado que la aplicación de las técnicas
psicológicas para el alivio y control del DC tienen un porcentaje de éxito del
57 por ciento; eso quiere decir que de cada diez pacientes seis pueden
beneficiarse de ellas, subrayó.
El también miembro de la Sociedad Mexicana de Psicología
señaló que la “prueba de fuego” de estos equipos es cuando el terapeuta sabe si
realmente los pacientes logran aminorar su problema de dolor; “lo que logran
cuando no usan tantos medicamentos, pueden realizar actividades que ya no
hacían, y sobre todo, cuando lo reportan objetivamente”.
Sin embargo, aseveró, a pesar de saber que este es un
problema de salud muy serio en nuestro país, los psicólogos todavía no están
interesados en especializarse en esta área. “Actualmente, la mayor parte de la
formación de las nuevas generaciones de especialistas en dolor se realiza en varios
hospitales, pero con estudiantes de medicina y médicos generales.
“Tal vez esto se deba a que entre los psicólogos, el DC no
es un problema de interés académico porque hay quienes consideran que no es
atractivo enfrentarse a una persona que atraviesa por una situación tan adversa”,
puntualizó.
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