Boletin:          UNAM-2000/461      

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Sábado, 12 de Agosto de 2000

 

DIARIAMENTE EN EL DF SE GENERAN 11 MIL TONELADAS DE BASURA

 

 

El Distrito Federal se produce diariamente 11 mil toneladas de basura, cifra de la cual únicamente se recicla el 15 ó 20 por ciento, afirmó Héctor Castillo Berthier, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien añadió que cada uno de los habitantes genera al día 800 gramos de residuos sólidos.

 

Dentro de la ciudad de México existen dos lugares donde se concentra la basura: uno en el cerro de Santa Catarina, a un costado de la carretera a Puebla, y el otro en Bordo Poniente. El primero de ellos recibe al día aproximadamente 2 mil 500 toneladas de residuos sólidos, y el segundo 8 mil 500 toneladas.

 

De aproximadamente 65 hectáreas, el cerro de Santa Catarina, propiedad de Guillermina Gutiérrez, heredera del llamado “zar de la basura”, Rafael Gutiérrez Moreno, simboliza el último reducto de los “tiraderos a cielo abierto” que, como su nombre lo indica, son depósitos de basura al aire libre que no reciben ningún tratamiento, por lo que son altamente contaminantes. Únicamente se cuenta con tubos que permiten la salida de los gases acumulados y quemadores de gas metano y, en otra de sus secciones, existe un relleno sanitario, explicó Castillo Berthier.

 

En cambio, en Bordo Poniente existe la tecnología necesaria para el manejo de este tipo de residuos, los cuales son depositados en confinamientos especiales que cuentan con colectores de lixiviados, que son los líquidos que escurren de los deshechos, para así evitar la contaminación de los mantos acuíferos.

 

En la zona existen además –indicó el investigador- tres plantas seleccionadoras de basura, subvencionadas por el gobierno del Distrito Federal, ubicadas en San Juan de Aragón, en el Bordo de Xochiaca y dentro de la zona del basurero de Santa Catarina.

 

Un negocio redondo

 

El negocio de la basura inicia desde la recolección, aseguró el investigador, los camiones de limpia tienen sus rutas establecidas en las que incluyen la recolección de la basura municipal, domiciliar y de los negocios. Éstos últimos, debido a la gran cantidad de deshechos sólidos que generan, establecen acuerdos con los conductores de los camiones, a lo que se le denomina “finca”.

 

Las “fincas” se determinan por la magnitud de desecho que genera, por lo que las cuotas de pago informal varían, y este dinero se reparte entre el conductor y sus ayudantes, que generalmente son dos personas más.

 

Según Héctor Castillo, el chofer de un camión de basura puede ganar al mes alrededor de 12 mil pesos, incluyendo su sueldo formal que oscila alrededor de los 2 mil 500 pesos. Pero su trabajo no termina ahí, pues cuando no cubre su ruta establecida se dedica a otras actividades, como la recolección de cascajo, lo cual le reditúa un ingreso adicional.

 

“La contradicción en el Reglamento de Limpia radica en que oficialmente está establecido que el servicio de recolección de basura es gratuito -comentó el universitario-, sin embargo todos pagamos una propina a los barrenderos y estos a su vez destinan una cantidad a los choferes de los camiones para que les permitan vaciar sus botes. En esta cadena del servicio de limpia, un hogar anualmente gasta aproximadamente 600 pesos en propinas”.

 

Cuando la basura llega a cualquiera de las plantas seleccionadoras los pepenadores eligen el material reutilizable como: papel, vidrio, cartón, fierro, trapo, etcétera y lo venden a sus líderes, quienes a su vez lo revenden en establecimientos que se dedican exclusivamente a esta actividad, de los cuales hay más de mil 500 solamente en el Distrito Federal.

 

En total, en las tres plantas seleccionadoras, laboran alrededor de mil pepenadores, que están aglutinados en dos grupos comandados, respectivamente, por Guillermina de la Torre y Pablo Téllez. Mediante los líderes los pepenadores obtienen beneficios sociales como vivienda, salud y los servicios básicos, pero también son utilizados y manipulados políticamente, indicó Castillo Berthier. Del negocio de la basura viven alrededor de 45 mil familias, entre barrenderos, pepenadores, voluntarios, recicladores y compradores.

 

Falta normatividad

 

Uno de los grandes problemas del manejo de la basura es que no existe una normatividad que establezca que cada industria deba tener un sistema de recolección de deshechos sólidos acorde con sus necesidades de clasificación, y pagar más por el servicio –afirmó el universitario- en  cambio el servicio municipal que todos estamos pagando sirve para subvencionar a los comercios o industrias, y éstos a su vez establecen sus “arreglos” con los rabajadores de limpia.

 

Esta informalidad en el sistema genera un problema económico y político; si bien es cierto que los trabajadores de este rubro deben ganar más, es necesario que ese dinero quede establecido de manera formal para evitar la corrupción, apuntó.

 

Aunque el 85 por ciento de los residuos sólidos en la ciudad de México están sujetos a un tratamiento dentro de los rellenos sanitarios, en toda la zona metropolitana proliferan los tiraderos a cielo abierto que son el origen de problemas de salud pública, de incendios frecuentes, generación de fauna nociva y de contaminación ambiental. Este, indicó Castillo Berthier, es otro asunto que requiere de atención.

 

Los tiraderos a cielo abierto tienen que desaparecer; aunque la construcción de rellenos sanitarios sea costosa y tengan una vida útil de sólo 25 años, hasta el momento son la opción a corto plazo más viable.

 

Como solución a largo plazo, Héctor Castillo propone la creación de una empresa cooperativa, con la supervisión del gobierno, que eduque y siente las bases de una lógica ambiental, ecológica y humana.

 

“A través de una intensa campaña de difusión masiva se debe informar a la población del ciclo de circulación de desechos sólidos; éste es un tema

 

--0o0--