Boletin:          UNAM-2000/458      

Lugar: Ciudad Universitaria

Fecha: Jueves, 10 de Agosto de 2000

 

CREA LA UNAM UNA ALTERNATIVA DE TRATAMIENTO

 

 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Alcohol, realizada por la Secretaría de Salud, un 65 por ciento de mexicanos, con edades entre 12 y 65 años, ha consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida, y más del 12.4 por ciento de los consultados podrían considerarse bebedores problema, por sus hábitos episódicos y explosivos.

 

Se trata de hombres y mujeres que probablemente toda la semana no consumen bebidas embriagantes, pero que fin de semana se exceden; o de personas que todos los días consumen pequeñas cantidades y con ello llegan a incurrir en conductas de riesgo para su salud, su trabajo o sus relaciones sociales.

 

Sin embargo, de acuerdo con Leticia Echeverría San Vicente, coordinadora del Centro de Servicios Psicológicos de la Facultad de Psicología (FP), los programas útiles para prevenir o reducir esta amplia problemática social propiciada por el alcoholismo, todavía no son suficientes los servicios asistenciales y de tratamiento para atender a bebedores con niveles bajos y medios de dependencia.

 

Bajo esta premisa, la facultad elabora y aplica el Programa de Auto-cambio para personas con comportamientos adictivos, el cual puede instrumentarse en gran variedad de escenarios y aplicarse en otras culturas, con costos muy económicos.

 

“Se trata de seis sesiones de 45 minutos, en las cuales el terapeuta se apoya en una serie de lecturas y tareas relacionadas con el proceso de cambio del bebedor en su forma de consumir bebidas alcohólicas”.

 

El objetivo del tratamiento, explicó, es ayudar a los pacientes a identificar las situaciones en las cuales es más probable que beban en exceso, así como encontrar la forma de desarrollar acciones alternativas para reducir su consumo de bebidas alcohólicas; pero, sobre todo, los ayuda a enfrentar sus problemas con el alcohol.

 

Dadas las características del tratamiento, este programa se enfoca a la prevención secundaria, lo cual significa que no se aplica a personas con dependencia severa al alcohol.

 

Precisó que en el tratamiento el paciente no sólo analiza con el terapeuta cuáles son los perjuicios y los costos de su dependencia, también “se fija una meta: la abstinencia o aprender a controlar su consumo a través de un sistema de moderación”.

 

Por ello, enfatizó la psicóloga, se considera que seis sesiones son suficientes para aplicar un programa de prevención secundario como este, aunque después se hace un seguimiento de los casos, inicialmente en el primer trimestre es mensual, luego a los seis y, por último, al año.

 

Comentó que esto se hace con el fin de que si la persona sufre una recaída y rompe la meta establecida, tenga la posibilidad de analizar con su terapeuta, su situación actual, y posteriormente poner en práctica un nuevo plan de acción.

 

Luego de aclarar que cada sesión es individual y confidencial, la licenciada Echeverría aseguró: "nosotros vemos la recaída como un proceso de aprendizaje y parte inherente al cambio del paciente. Por eso, en la segunda sesión, el especialista discute con el paciente la alta probabilidad de que esta situación ocurra durante el tratamiento como algo necesario y no como fracasos personales o indicadores de fallas del programa”.

 

Insistió en que, como en todo proceso de aprendizaje, se contempla la posibilidad de recaer; “con este programa nosotros esperamos que cada vez sea menor y más espaciada la cantidad de consumo, hasta que el bebedor elimine por completo las situaciones de riesgo".

 

Asimismo, aclaró, a los usuarios del programa no se les prohíbe tomar alcohol, como sucede con otros tratamientos, sino que cada persona toma la decisión de su propio cambio.

 

Es importante mencionar que este tratamiento ya fue probado con éxito en Estados Unidos y Canadá, por lo cual el doctor Héctor Ayala, director del Programa de Auto-Cambio, decidió ponerlo en marcha en instituciones mexicanas y para lograrlo cuenta con el apoyo de instancias canadienses, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la UNAM.

 

Recientemente, afirmó, este programa se empezó a aplicar a derechohabientes del IMSS y "hasta ahora, tenemos un grupo de médicos del área de medicina familiar que ya trabajan con este modelo en clínicas del Distrito Federal y de los estados de Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y Querétaro”.

 

La idea, puntualizó la psicóloga, es diseminar el proyecto y lograr una mayor cobertura a través de la capacitación de médicos del sector salud, de modo que sean capaces de aplicar el programa de Auto-Cambio en más pacientes.

 

“Al tratar el problema de adicción al alcohol en una etapa temprana, no sólo se evitan los costos tan elevados que tiene el alcoholismo en el ámbito social, también el sector salud se beneficia al reducir los gastos que hace por brindar atención a personas con padecimientos orgánicos ocasionados por beber”, concluyó.

 

 

 

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