Boletin: UNAM-2000/453
Lugar: Ciudad Universitaria
Fecha: Martes, 08 de Agosto de 2000
LAS LEYES DEBEN PROTEGER LA
PRIVACIDAD DE LOS USUARIOS DE INTERNET
La mayor virtud de las reformas a diversos ordenamientos
jurídicos como el Código de Comercio y el Código Civil para regular el comercio
vía Internet, es proteger la información sobre los consumidores, afirmó Marcia
Muñoz de Alba, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM.
La académica señaló que con
estas modificaciones legales se da un primer paso para una reforma de nivel más
general que aún está pendiente, la cual deberá garantizar la privacidad del
individuo y la confidencialidad de los datos personales que éste proporcione a
los prestadores de servicios, a fin de evitar posibles violaciones que se
pudieran cometer con el uso de las redes informáticas.
Muñoz de Alba criticó que las
nuevas disposiciones del Código Penal, incorporadas en 1999, castiguen con
menor severidad a quien, ilícitamente, utiliza sin autorización la información
de equipos de cómputo particulares, que a aquél que hace lo mismo con los
sistemas del Estado o de entidades privadas, cuando la gravedad del hecho es la
misma.
La investigadora dijo que un
ejemplo sobre el uso ilegal de información transmitida vía Internet sería la
violación al secreto bancario por parte de quienes accedan a bases de datos de
la banca a través de una computadora personal. En este caso, la seguridad para
las operaciones de crédito realizadas a través de la red se ha dejado a las
instituciones y no hay una autoridad que pueda fiscalizar las garantías que
ofrecen los bancos a sus clientes.
Muñoz de Alba explicó que en Europa y en América Latina ya
existen sistemas para la protección de los usuarios de computadoras contra
posibles intromisiones en sus sistemas por parte de hackers o bien por el mal
uso de la información que proporcionen al momento de realizar alguna transacción
electrónica.
Europa, España y Francia
cuentan con comisiones sobre libertades informáticas y datos personales, a las
cuales pueden acudir los usuarios de redes y clientes de empresas de comercio
electrónico, con el propósito de solicitar su protección contra el manejo
indebido de sus datos personales.
En América Latina, agregó,
esta protección de información personal a través de medios electrónicos se
realiza a través de un recurso jurídico llamado Habeas Data, parecido al
recurso del Habeas Corpus del derecho anglosajón y al amparo mexicano.
En México, aseguró, la
respuesta en esta materia no ha sido cabal por parte de las autoridades y el
individuo sigue desprotegido. En mi opinión, agregó, esta salvaguarda a la
privacidad de las personas debe darse a través de una comisión tipo ombudsman,
ya que las instancias judiciales no actúan con la rapidez que se requiere.
Muñoz de Alba apuntó que son
muchos los problemas que deben resolverse para darle un enfoque jurídico al uso
del Internet y a todo lo que éste implica. La tendencia, dijo, es crear una
categoría jurídica autónoma e independiente de otras ramas del derecho como la
civil, la penal y la comercial.
Uno de los problemas más
grandes, explicó, es el de la extraterritorialidad del Internet, pues a través
de éste podrían cometerse ilícitos en un país desde el territorio de otro, lo
cual dificulta la persecución de los delitos.
Afirmó que una de las
dificultades más graves es la posibilidad de rastrear a los hackers, que actúan
a distancia para violar los sistemas informáticos. Esto implica, apuntó, crear
policías informáticos, que serían técnicos especialistas, capacitados para
detectar las intromisiones en los sistemas de cómputo, que es lo más difícil.
Respecto a la calidad de los
servicios comerciales vía Internet, Muñoz de Alba explicó que la creación de un
registro para las empresas que adopten esta modalidad para sus transacciones es
un mecanismo demasiado complicado y de escasa utilidad.
Aseguró que este registro, que
estará a cargo de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (SECOFI), no
basta para atraer a los usuarios de la red a celebrar contratos de compraventa
por este medio. Se requiere, añadió, una gran difusión de estos mecanismos para
que la gente los utilice.
En este punto el factor
principal será la ética de los empresarios para asegurar a sus clientes la
pronta y satisfactoria entrega de los productos o la prestación de los
servicios, puntualizó.
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