Boletin: UNAM-2000/400
Lugar: Ciudad
Universitaria
Fecha: Jueves,
13 de Julio de 2000
EL CONGRESO UNIVERSITARIO, OPORTUNIDAD PARA RETOMAR LAS
TAREAS SUSTANTIVAS DE LA UNAM
El Congreso Universitario será la mejor oportunidad para
iniciar el proceso que llevará a la Universidad Nacional a retomar plenamente
las tareas sustantivas que la sociedad le ha encomendado, afirmó Antonio Gago
Huguet, director general del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior
(CENEVAL).
Durante su participación en el Encuentro de Especialistas
en Educación Superior, organizado por el Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, recomendó
cautela a la comunidad universitaria porque todavía hoy “las nociones de
libertad académica y autonomía universitaria son distorsionadas y manejadas con
la elasticidad que mejor conviene a cada circunstancia”.
En su exposición “Evaluación de la Educación Superior en
México”, Gago Huguet indicó que el régimen de autonomía que la Constitución
establece para ciertas instituciones de educación superior, no implica fuero
alguno ni justifica la negligencia gubernamental ante las omisiones y los incumplimientos
de las instituciones educativas.
En este sentido, manifestó su preocupación por las acciones
violentas que algunos grupos realizan dentro de las universidades. “Este no es
un signo de la cultura; por ello, nos oponemos a los universitarios
intolerantes y dogmáticos”, subrayó.
La UNAM, agregó, debe decidir la manera en que resolverá
sus discrepancias internas, así como definir los criterios y procedimientos
para evaluar el quehacer de cada instancia en la docencia, en la investigación,
la administración, el gobierno, el financiamiento y demás funciones de la enseñanza
superior, constituye un catalizador conveniente para ventilarse en el Congreso
Universitario.
En opinión del director del CENEVAL, la Universidad
Nacional habrá de tener una forma de probar la validez interna y externa de los
planes de estudio que apruebe y tendrá que establecer una nueva forma de
asegurar la legitimidad de los certificados y títulos profesionales que otorga.
Asimismo, deberá de contar con procedimientos para que la
comunidad interna y la sociedad tengan su propia certeza con respecto al logro
de los objetivos y los niveles de rendimiento establecidos en cada asignatura,
curso, taller o seminario de un plan de estudios.
“Cualquiera que sea la estructura, mecanismo de gobierno,
régimen, tamaño y ubicación, toda universidad debe contar con los elementos de
juicio y los datos suficientes para identificar y juzgar su propio valor, la
medida de sus logros y la distancia a que se encuentra respecto a sus
aspiraciones”, indicó.
Por su parte, Manuel Pérez Rocha, del Instituto de
Educación Media Superior del Distrito Federal, consideró que la atención que
hoy día se concede a la evaluación educativa, está plenamente justificada “aún
cuando no comparto las visiones economicistas y eficientistas que contribuyeron
a generarla”, indicó.
Sin embargó, dijo, el principal problema que presenta toda
evaluación es el de sus propósitos. Estos, pueden ser positivos y valiosos o,
por el contrario, negativos e inaceptables. “A cada propósito corresponde
necesariamente un proyecto de evaluación que exige la selección de las categorías,
los métodos e instrumentos adecuados para esa evaluación particular”.
Por ello, consideró que es urgente hacer un análisis
cuidadoso en cada instrumento de evaluación, para que sean explícitos sus
propósitos y sus
resultados.
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