Boletin: UNAM-2000/379
Lugar: Ciudad Universitaria
ANALIZAN
EN LA UNAM LAS ELECCIONES DEL 2 DE JULIO
· · La alternancia en el poder, no
es condición para la democracia
· · La nueva forma de gobernar,
reto de partidos y ciudadanos
·
La
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM realizó hoy el
Seminario Las elecciones del año 2000. Hacia una nueva gobernabilidad
democrática, en el que participaron destacados académicos de esta universidad y
otras instituciones de educación superior, personalidades de la política y
consejeros electorales.
De
las intervenciones de miembros de esa dependencia en este evento, coordinado
por Carlos Sirvent, cabe destacar la de Alejandro Chanona quien tras preguntarse si el electorado en
la pasada contienda del 2 de julio fue progresista o conservador, afirmó que lo
primero, ya que mostró su deseo de cambio en el ámbito presidencial y de ahora
en adelante condicionará “sus lealtades” a la actuación que tenga cada partido.
Consideró
también que los grandes retos que se presentan a la ciudadanía son la
adaptación a una nueva forma de gobernar y la evaluación que se haga a las
regiones electorales.
En la
Unidad de Seminarios Ignacio Chávez, Pablo Sánchez comentó que “sin negar el
avance del PAN, Fox es un caudillo que planteó, desde el principio, la idea de
sacar al partido que gobernó 71 años a México, la cual tuvo gran impacto entre
la población. Y lo hizo como una cuestión plebiscitaria: sigue el PRI o no
sigue el PRI”.
Para
esto, dijo, tuvo un manejo publicitario “muy limpio”, pues desde el punto de
vista de la mercadotecnia fue hábil, por lo que destacó que el presidente
electo supo anticipar los efectos de la campaña del Partido Revolucionario
Institucional.
Finalmente,
aseveró, en el evento moderado por el director de la FCPyS, Fernando Pérez
Correa, que la alternancia no es una condición para la democracia.
Luisa
Béjar, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, consideró que son tres
los escenarios posibles para nuestro país, y en todos ellos el eje es el PRI:
el menos probable es aquel en el que el PRI logra fortalecerse y toma una
actitud conciliadora, lo que lo favorecería para volver a resurgir; el
intermedio sería si se ve fortalecido, pero no negocia, sino que es gobernado
por los sectores duros, y el último, el más probable y el menos deseable, que
se fragmente.
Samuel
León, de la misma Facultad, resaltó tres puntos: que el PRI ahora se quedó “sin
paternidad”, lo que ahora “quién sabe adónde lleve a los niños”, perdió
movilidad política y es casi seguro que en el futuro habrá una atomización de
este partido.
Desde
la perspectiva de las ciencias de la comunicación, Fátima Fernández,
investigadora de la FCPyS destacó que alguna incidencia tuvo en el resultado
electoral la relación particular de cada uno de los tres principales candidatos
con los medios masivos de información: Labastida los toleraba, Cárdenas los
sufría y Fox los disfrutaba.
Guillermina
Baena, también investigadora de la Facultad, dijo que en esa área del
conocimiento debe comenzar a realizarse un análisis tanto inter como
multidisciplinario profundo sobre lo acontecido en nuestro país a raíz de las
pasadas elecciones.
Por
su parte, Jaime Cárdenas, consejero del Instituto Federal Electoral, destacó
que lectura que da a los anteriores acontecimientos –“que es la que tienen
muchos”- es que “estamos ante el nacimiento de un nuevo país”, en el que todos
los que lo conformamos tendremos que aprender “las nuevas reglas de su
funcionamiento y redefinirnos como actores políticos”.
Y
ninguna persona, por sí sola, podrá construir un nuevo proyecto de nación,
después de enterrar a la que le antecedió, aseveró.
Francisco
Gil Villegas, de El Colegio de México, presentó dos visiones: la catastrófica y
la positiva de la actual situación política de nuestro país. En la primera,
dijo, “la campaña electoral del 2000 demostró, por un lado, la crisis de los
partidos políticos y, por otro, el triunfo del caudillismo plebiscitario por
encima de partidos, principios, ideológicos, plataformas y programas
diferenciados”. En la segunda, que fue evidente un fortalecimiento de las autoridades
electorales, que no hubo enfrentamientos electorales ni crisis postelectoral, y
que se acabó el mito de que en México no hay
democracia.
Rafael
Loyola, director del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social, destacó que todavía “es muy temprano para afirmar que Fox
es un caudillo”, pero lo que sí se puede ver actualmente es que “estamos en un
proceso de liderazgo unipersonal, pues incluso se impuso a la gente de su
partido”.
A lo
anterior, prosiguió, podemos agregar que la candidatura de Francisco Labastida
no respondió a un electorado joven, como el de nuestro país. Se confió todo el
trabajo a la estructura del PRI.
Carlos
Elizondo, director del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE),
sostuvo, en su momento, que los tres principales partidos políticos que
contendieron por la presidencia de la República tuvieron acceso a la
mercadotecnia. “Esta, en sí misma, no explica nada”; lo más importante es la
caída del PRI, a pesar de que invirtió mucho en este rubro.
También
participaron: Eduardo Andrade, senador por el PRI; María Emilia Farías, enlace
entre el PRI y la Internacional Socialista; Adolfo Gilly, asesor
del
PRD, y Carlos Martínez Asaad, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS)
de la UNAM, entre otros.
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