Boletin:       UNAM-2000/379    

Lugar:         Ciudad Universitaria

Fecha:         Viernes, 07 de Julio de 2000

 

ANALIZAN EN LA UNAM LAS ELECCIONES DEL 2 DE JULIO

 

·       · La alternancia en el poder, no es condición para la democracia

·       · La nueva forma de gobernar, reto de partidos y ciudadanos

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La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM realizó hoy el Seminario Las elecciones del año 2000. Hacia una nueva gobernabilidad democrática, en el que participaron destacados académicos de esta universidad y otras instituciones de educación superior, personalidades de la política y consejeros electorales.

 

De las intervenciones de miembros de esa dependencia en este evento, coordinado por Carlos Sirvent, cabe destacar la de Alejandro Chanona  quien tras preguntarse si el electorado en la pasada contienda del 2 de julio fue progresista o conservador, afirmó que lo primero, ya que mostró su deseo de cambio en el ámbito presidencial y de ahora en adelante condicionará “sus lealtades” a la actuación que tenga cada partido.

 

Consideró también que los grandes retos que se presentan a la ciudadanía son la adaptación a una nueva forma de gobernar y la evaluación que se haga a las regiones electorales.

 

En la Unidad de Seminarios Ignacio Chávez, Pablo Sánchez comentó que “sin negar el avance del PAN, Fox es un caudillo que planteó, desde el principio, la idea de sacar al partido que gobernó 71 años a México, la cual tuvo gran impacto entre la población. Y lo hizo como una cuestión plebiscitaria: sigue el PRI o no sigue el PRI”.

 

Para esto, dijo, tuvo un manejo publicitario “muy limpio”, pues desde el punto de vista de la mercadotecnia fue hábil, por lo que destacó que el presidente electo supo anticipar los efectos de la campaña del Partido Revolucionario Institucional.

 

Finalmente, aseveró, en el evento moderado por el director de la FCPyS, Fernando Pérez Correa, que la alternancia no es una condición para la democracia.

 

Luisa Béjar, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, consideró que son tres los escenarios posibles para nuestro país, y en todos ellos el eje es el PRI: el menos probable es aquel en el que el PRI logra fortalecerse y toma una actitud conciliadora, lo que lo favorecería para volver a resurgir; el intermedio sería si se ve fortalecido, pero no negocia, sino que es gobernado por los sectores duros, y el último, el más probable y el menos deseable, que se fragmente.

 

Samuel León, de la misma Facultad, resaltó tres puntos: que el PRI ahora se quedó “sin paternidad”, lo que ahora “quién sabe adónde lleve a los niños”, perdió movilidad política y es casi seguro que en el futuro habrá una atomización de este partido.

 

Desde la perspectiva de las ciencias de la comunicación, Fátima Fernández, investigadora de la FCPyS destacó que alguna incidencia tuvo en el resultado electoral la relación particular de cada uno de los tres principales candidatos con los medios masivos de información: Labastida los toleraba, Cárdenas los sufría y Fox los disfrutaba.

 

Guillermina Baena, también investigadora de la Facultad, dijo que en esa área del conocimiento debe comenzar a realizarse un análisis tanto inter como multidisciplinario profundo sobre lo acontecido en nuestro país a raíz de las pasadas elecciones.

 

Por su parte, Jaime Cárdenas, consejero del Instituto Federal Electoral, destacó que lectura que da a los anteriores acontecimientos –“que es la que tienen muchos”- es que “estamos ante el nacimiento de un nuevo país”, en el que todos los que lo conformamos tendremos que aprender “las nuevas reglas de su funcionamiento y redefinirnos como actores políticos”.

 

Y ninguna persona, por sí sola, podrá construir un nuevo proyecto de nación, después de enterrar a la que le antecedió, aseveró.

 

Francisco Gil Villegas, de El Colegio de México, presentó dos visiones: la catastrófica y la positiva de la actual situación política de nuestro país. En la primera, dijo, “la campaña electoral del 2000 demostró, por un lado, la crisis de los partidos políticos y, por otro, el triunfo del caudillismo plebiscitario por encima de partidos, principios, ideológicos, plataformas y programas diferenciados”. En la segunda, que fue evidente un fortalecimiento de las autoridades electorales, que no hubo enfrentamientos electorales ni crisis postelectoral, y que se acabó el mito de que en México no hay  democracia.

 

Rafael Loyola, director del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, destacó que todavía “es muy temprano para afirmar que Fox es un caudillo”, pero lo que sí se puede ver actualmente es que “estamos en un proceso de liderazgo unipersonal, pues incluso se impuso a la gente de su partido”.

 

A lo anterior, prosiguió, podemos agregar que la candidatura de Francisco Labastida no respondió a un electorado joven, como el de nuestro país. Se confió todo el trabajo a la estructura del PRI.

 

Carlos Elizondo, director del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), sostuvo, en su momento, que los tres principales partidos políticos que contendieron por la presidencia de la República tuvieron acceso a la mercadotecnia. “Esta, en sí misma, no explica nada”; lo más importante es la caída del PRI, a pesar de que invirtió mucho en este rubro.

 

También participaron: Eduardo Andrade, senador por el PRI; María Emilia Farías, enlace entre el PRI y la Internacional Socialista; Adolfo Gilly, asesor

del PRD, y Carlos Martínez Asaad, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, entre otros.

 

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